16 de noviembre de 2024
Cuando las ideologías políticas meten la mano en la olla, nada bueno se puede cocinar; algo siempre sale podrido. La criticada Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) acaba de hundirse un poco más en el fango al aprobar en París una resolución que niega los profundos vínculos del judaísmo y el cristianismo con los lugares sagrados de Jerusalén y los adjudica en exclusividad al pueblo palestino.