Quo vadis Unesco

Cuando las ideologías políticas meten la mano en la olla, nada bueno se puede cocinar; algo siempre sale podrido. La criticada Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) acaba de hundirse un poco más en el fango al aprobar en París una resolución que niega los profundos vínculos del judaísmo y el cristianismo con los lugares sagrados de Jerusalén y los adjudica en exclusividad al pueblo palestino.

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La Unesco adoptó la resolución “Palestina Ocupada (...) para proteger el patrimonio cultural palestino en Jerusalén”. Se refiere al Monte del Templo, una explanada dividida en los sectores musulmán y judío, que contiene las mezquitas musulmanas y el Muro de los Lamentos, restos del segundo templo judío construido por Herodes en el Israel bíblico. El organismo de la ONU niega el vínculo milenario entre los judíos y cristianos y el casco histórico de la Antigua Jerusalén al referirse al lugar sólo como la Mezquita de Al Aqsa, considerada el tercer sitio más sagrado del Islam, tras La Meca y Medina.

Es un disparate mayúsculo, tanto como afirmar que el rey Nabucodonosor II no tuvo nada que ver con los Jardines Colgantes de Babilonia, sostener que la Biblioteca de Alejandría no tenía vínculos con el pueblo egipcio o que las ruinas jesuíticas de Trinidad eran extrañas al pueblo guaraní.

Aprobar en una resolución oficial de la Unesco que los restos del antiguo Templo de Jerusalén, actualmente llamados Monte del Templo y Muro de los Lamentos, no tienen vínculos con el judaísmo y el cristianismo, es una aberración histórica y una bofetada a la cultura universal.

En Occidente, está fuera de toda discusión que la histórica Jerusalén ya era la ciudad sagrada de los judíos nueve siglos antes de Cristo, creada en los tiempos del rey judío Salomón. Cuando nació Jesucristo, el pueblo israelí estaba bajo el yugo del imperio romano, que destruyó el Templo de Jerusalén en el año 70 d.C. El territorio de Judea fue ocupado sucesivamente por diversos ejércitos invasores durante muchos siglos y así fue que las fuerzas musulmanas ocuparon la región ya en el siglo VII y en el año 710 se terminó de erigir la Mezquita de Al-Aqsa.

La verdadera y única secuencia histórica es que la ciudad antigua de Jerusalén fue creada por el pueblo judío hace 30 siglos, Jesús dio nacimiento al cristianismo hace más de 20 siglos (por eso estamos en el año 2016) y los musulmanes con el Islam llegaron a la disputada región en tercer lugar, hace 14 siglos.

No es aceptable bajo ningún punto de vista que por coyunturales mayorías de votos, la Unesco pretenda desconocer hechos y derechos fundamentales de los pueblos judíos y cristianos y, manipulando descaradamente el pasado, sostenga la tilinga teoría de que el casco histórico de Jerusalén es patrimonio cultural exclusivo de los palestinos.

Esta pifiada monumental nos recuerda que las guerras abiertas o solapadas continúan entre las grandes potencias del mundo. Algunos atacan con misiles nucleares; otros lo hacen con mentiras disfrazadas de cultas resoluciones.

ilde@abc.com.py

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