Son una gran fuente de energía y proteínas que podemos aprovechar todo el año, en invierno en guisos y sopas, en verano en ensaladas. Son buenas para el control del colesterol y la presión arterial, e ideales para diabéticos y personas con sobrepeso, por su aporte de fibras y su efecto glucémico y saciante.
La FAO presentó: "Legumbres, semillas nutritivas para un futuro sostenible", una obra que embarca a los lectores en un viaje de 190 páginas a través de las cocinas y las culturas del mundo, ahondando en las ollas y las historias locales para explorar las raíces indígenas, los beneficios actuales y los sabores imperecederos de la gastronomía basada en las legumbres secas.
Las legumbres, principalmente la arveja y lenteja, y, en menor proporción, el garbanzo, son rubros que deben promocionarse mucho más en el Paraguay. Urge insistir en su cultivo, consumo e industrialización para apuntar a la diversificación productiva a distintas escalas. Es fundamental darle valor agregado a la materia prima a través del procesamiento y la industrialización de los granos cosechados, sumado al fomento de su consumo, tan necesario hoy en día en la población.
Naciones Unidas proclamó 2016 como el Año Internacional de las Legumbres en reconocimiento al papel fundamental que juegan en la seguridad alimentaria y nutricional; la adaptación al cambio climático, la salud humana y la de los suelos. “La región es centro originario de muchas legumbres. Forman parte de nuestra cultura ancestral y son una piedra angular de nuestra alimentación actual” explicó Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO.
Ya se vienen los primeros fríos y llegó la hora de preparar un rico guiso a la cacerola, con vegetales, hortalizas, carnes y enriquecido con alguna de las siempre rendidoras legumbres secas: porotos, garbanzos, lentejas o alubias. De paso, aprendemos un poco de sus numerosas propiedades.