La «Gran Guerra», que aún no se llamaba la «Primera», había terminado con cualquier ilusión de grandeza épica antes de que la disputa por el Chaco Boreal desatara el mayor conflicto bélico del siglo XX en Sudamérica. Así lo entiende, lúcidamente, el capitán José Bozzano en sus memorias.
Los senadores Pedro Santa Cruz (PDP) y Juan Bartolomé Ramírez (PLRA) anunciaron que el próximo jueves se realizará un acto oficial para dar cumplimiento a las leyes que confirieron el ascenso póstumo a dos héroes de la Guerra del Chaco: el Cap. de Navío José Alfredo Bozzano y Cnel. Francisco Brizuela, a quienes calificaron de artífices de la defensa del país inmortalizados en las músicas 13 Tuyutí y Regimiento 7.
El 23 de julio de cada año celebramos el Día del Ingeniero Paraguayo
Julio Bozzano, nieto del capitán de navío José Bozzano (1895-1969), ingeniero y arquitecto que diseñó y supervisó en Génova la construcción de los cañoneros Humaitá y Paraguay, contó que su abuelo pudo convencer al entonces presidente Eligio Ayala de invertir en nuevas tecnologías navales, a pesar de la oposición de la cúpula militar. Estos barcos bélicos fueron determinantes en la Guerra del Chaco (1932-1935).
Debido al cierre de ABC Color bajo la dictadura, Alfredo Seiferheld no pudo completar la publicación de la serie Recuerdos de la Guerra del Chaco, ahora reunida en un libro y cuyo talante intelectual se resume en cuatro noes: no a una visión puramente militar de la guerra; no a las investigaciones históricas con escasa base documental; no al monopolio de la interpretación del pasado impuesto bajo el estronismo; no a la falta de compromiso de los intelectuales con la democracia en Paraguay.