Una estrategia que se conoce desde hace un largo tiempo en la historia, con mayor o menor éxito, y que aún hoy se aplica: divide y reinarás. La idea es dividir un grupo, o una población, en partes más pequeñas para promover enemistades entre ellos, explícitas u ocultas, y, a partir de estas chispas, avivar un fuego sin proporciones que termine por destruir el tejido social.
La coalición internacional antiyihadista apoyó ayer en París el plan militar y político de Irak para reconquistar sus territorios tomados por el grupo Estado Islámico (EI) y abogó por un “proceso político” en Siria bajo la égida de la ONU. Este último país se encuentra, además, inmerso en una guerra civil desde hace 4 años, que sirvió de caldo de cultivo para la escalada del EI.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió ayer que los altos niveles de desigualdad registrados en el mundo en las últimas décadas son “dañinos” y alimentan el extremismo y los conflictos. “Un desarrollo que excluye a la mitad de la población puede ser socialmente corrosivo, contribuir al crimen y crear sensación de desesperanza y alienación, condiciones que pueden alimentar el extremismo”, dijo Ban en una intervención ante el Consejo de Seguridad.
BEIRUT. El jefe del Consejo Nacional Sirio, la principal coalición opositora, atribuyó el aumento de los islamistas radicales en Siria a la falta de apoyo de la comunidad internacional a la rebelión contra el régimen del presidente Bashar al Asad.