En la semana que termina, el Ministerio Público de Sandra Quiñónez se vio obligado a salir a aclarar, por redes sociales, que no estaba en curso ningún allanamiento a la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad). En tiempos normales, cualquiera hubiera pensado que es descabellado aclarar un rumor tan disparatado como ese, al fin y al cabo es la Secretaría que en los últimos años ha estado alertando a la mismísima Fiscalía General de la existencia de indicios de graves crímenes financieros. Pero, en los tiempos que corren, los paraguayos ya están preparados para los peores y más inverosímiles escenarios provenientes de esa institución. Si se han visto obligados a salir a aclarar un rumor –que parecería atolondrado– tal como lo es allanar una secretaría de inteligencia financiera del Estado paraguayo, no solo está en duda la salud moral y ética de nuestras instituciones sino además tenemos el pleno derecho a sospechar que está en curso una guerra de la más alta intensidad contra quienes se atreven a denunciar o reportar al cartismo.