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El mismo Peña, hace pocas semanas, había salido al paso de los rumores sobre las disputas internas y la posible salida del cargo de Lea Giménez y, al tiempo de descartar esa versión, afirmaba que ella seguiría siendo “un soporte fundamental del Gobierno”. Por eso, lo sucedido motiva muchas especulaciones.
La jefa de Gabinete renunciante ha dicho entre lágrimas que sus motivos han sido personales y familiares, algo que parece creíble.
Sin embargo, eso no quita el costado político a la cuestión y el hecho de que la renuncia deja a Santiago Peña con una persona menos de las pocas que él nombró en su gabinete y que son de su máxima confianza.
El episodio coincide con la reaparición en el escenario político del expresidente Mario Abdo Benítez, declarado por el cartismo enemigo número uno, acusado de ser portador de todos los males.
Los mismos cartistas se encargaron de darle relevancia a este hecho cuya importancia principal reside en que es un primer indicio de resistencia al poder de Cartes en el Partido Colorado.
Simultáneamente, el cartismo lanza una cruzada contra sus demás “enemigos”, a través de una Comisión Bicameral de Investigación que apunta específicamente a ABC Color y a organizaciones no gubernamentales, a los que, aparentemente, buscará vincular con delitos.
El libreto ya fue escrito desde hace meses y publicado profusamente en los medios de comunicación del cartismo. El objetivo es que sea leído más allá del círculo oficialista y, que algunos fiscales y jueces amigos conviertan la “investigación” y las denuncias en un caso judicial. El problema de esta jugada es que las formas y los actores políticos elegidos para llevarla adelante no brindan alguna imagen de credibilidad o transparencia.
Mientras, el gobierno de Peña cumple un año de mandato y sus programas “estrella” recién comienzan a rodar. “Hambre Cero” y “Che Róga Porã” son los ambiciosos proyectos con los que esta administración busca instalar buena imagen ya que, hasta ahora, no vinieron las inversiones prometidas y tampoco se ven obras de infraestructura que den la sensación de un movimiento económico y de que en algún momento “vamos a estar mejor”, como rezaba su slogan de campaña electoral.
Todo esto ocurre pocos días después que el Gobierno de los Estados Unidos le recordara a Cartes que aún sigue designado como “significativamente corrupto” y evidencia que busca afectarlo económicamente, algo que a mediano plazo puede tener consecuencias desastrosas para el tipo de liderazgo que detenta el expresidente.
Algunos creen que la aparición de Lea Giménez al lado del canciller Rubén Ramírez pidiendo al Gobierno de Joe Biden que acelere la salida del embajador Marc Ostfield fue el motivo por el cual la exjefa de Gabinete no pudiese ir como embajadora ante la potencia del Norte.
El hecho también revela que el choque de los intereses de Cartes y de Peña exponen en demasía al mandatario y pueden condicionar o inclusive truncar la administración del Gobierno a futuro.