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En diez años de la entrega discrecional del dinero proveniente de las regalías de las binacionales siguen colapsando los techos de las escuelas, el almuerzo escolar no llega a la totalidad de los estudiantes y la inversión en investigación para potenciar la excelencia educativa es exigua y en consecuencia la educación en vez de mejorar, cada día está peor.
Sin lugar a dudas, la mayor parte de los G. 6 billones se quedó por el camino, y fue a financiar las casas, las piscinas, los lujosos vehículos de las autoridades de turno o para la creación de nuevos ricos con empresas de maletín en detrimento de la educación.
Aquí no hay distinción de colores, tanto colorados como liberales o los integrantes de los partidos minoritarios se embolsillaron sin pudor el dinero de los más vulnerables del país: los niños.
Con mirar detenidamente el informe de la CGR uno se da cuenta cuáles fueron los clanes empresariales que se quedaron con la mayor tajada para la provisión del almuerzo escolar.
La “asociación criminal” entre empresas y autoridades era tan fuerte que algunas comidas llegaron con gusanos o estaban tan mal preparadas que iban al basurero, sin embargo, año tras año seguían ganando las licitaciones las mismas firmas.
Sí, así llegaba el almuerzo para los niños en algunas zonas del país y los intendentes o gobernadores miraban para otro lado, pues ya tenían asegurado el “vuelto” por el sobrecosto de cada ración.
Con las obras edilicias también sacaban otra tajada, pues se usaron materiales de pésima calidad, tanto así, que muchas de las construcciones a los tres años ya están con fisuras.
Son muchas las denuncias por malversación del dinero del Fonacide que quedan por el camino, porque son contados con los dedos las autoridades que están tras las rejas.
Es decir, en diez años se dilapidaron G. 6 billones a causa del frágil control de las instituciones, además de una justicia tan lenta y ciega para con los que roban el futuro al país.