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El porqué de esa actitud, según explicaciones que escuchamos, es que ya no pueden, como antaño, depender exclusivamente de los votos colorados “duros” y necesitan plantear una oferta electoral más “abierta”.
En el oficialismo colorado, su único candidato, el vicepresidente de la República Hugo Velázquez, plantea que se modifique el estatuto partidario para abrir la posibilidad de que la fórmula presidencial incluya a un o a una persona no afiliada como candidata a vicepresidenta.
Eso es porque Velázquez tiene la imagen de un colorado tradicional, con todas las mañas, defectos y muñeca política que ello implica. Esta imagen pretende ser matizada con la de una compañera de fórmula que la suavice.
Del lado del cartismo, plantean directamente a un candidato como el exministro de Hacienda Santiago Peña que nada tiene que ver con la imagen colorada tradicional. En realidad, el candidato que proponen ni siquiera es colorado de pura cepa.
El objetivo del cartismo es hacer pasar gato por liebre, instalando un candidato cuyo colaradismo es solo de fachada para que en las elecciones generales sea visto como un candidato casi neutro, con una imagen de joven profesional presuntamente exitoso y atraiga el voto independiente.
El cartismo dice de Velázquez que tiene una imagen negativa y que arriesga a una derrota del Partido Colorado en el 2023
Esa especulación parte del presupuesto de que la oposición tendrá un/una candidata atractiva, consensuada entre la mayoría o que al menos pueda polarizar la elección.
Dicho presupuesto parece, por el momento. muy lejos de cumplirse, a juzgar por el escenario de disputas y mezquindades que se ve entre los partidos opositores.
Pese al intento del cartismo de vender una imagen exitosa, lo cierto es que se los nota desesperados por continuar con la “Concordia Colorada”, pese a que no funcionó muy bien las municipales y por negociar las candidaturas para presidente de la ANR y la chapa para el 2023. Todo indica que se sienten perdedores.
La pretensión del cartismo de presentarse como una “alternativa” al gobierno de Mario Abdo Benítez no funciona porque la mayoría sigue percibiendo al grupo del exmandatario como el verdadero poder, por el manejo desembozado que exhibe de los resortes de la Cámara de Diputados, el Poder Judicial, el Jurado de Enjuiciamiento, la fiscalía y otros organismos, además de hacer alarde de la adquisición de empresas privadas y de “fichar” a personajes mediáticos como el futbolista Roque Santa Cruz.
Esta continua muestra de poder hace que, como en 2017, HC aparezca nuevamente como el candidato a vencer dentro del Partido Colorado y facilita la unidad de todos los movimientos y caciques regionales que no están de acuerdo con el liderazgo absoluto que quiere imponer el exmandatario.
Si la mayoría de la oposición no logra construir una alternativa, Velázquez tendrá el camino allanado, lo cual significará más de lo mismo, con algún que otro matiz, de lo que tenemos ahora.