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El empresario farmacéutico Norman Harrison es una de las primeras víctimas del electoralismo liberal pre-2023, antes aún de que comenzase formalmente la campaña proselitista.
Las razones de su abandono se deben principalmente a la comprobación in situ de su falta de entrenamiento en las lides partidarias y posiblemente también a una evaluación con resultado negativo de la ecuación costo-beneficio.
Dentro del PLRA, partido con una calamitosa situación financiera, hubo cierta decepción de su dirigencia de base, ya que esperaban que Harrison fuera el paganini de las elecciones municipales, algo que no ocurrió, al menos en la medida que esperaban.
Además es evidente que la cruenta división interna “azul” es insolucionable y tiende a empeorar. En esas condiciones, presentarse Harrison al electorado del PLRA como candidato de consenso o como una novedad es prácticamente imposible.
El presidente del PLRA Efraín Alegre buscará tozudamente en 2023 una tercera oportunidad de ser presidente, izando la bandera antimafia y anticartista, algo que perdería fuerza en caso que Horacio Cartes sea derrotado en la interna colorada.
Los partidos “progresistas” comienzan a buscar para las elecciones presidenciales una alternativa vía “acuerdo programático”, que de todas maneras necesitará de un o de una candidata con carisma. De concretarse, luego deberán lidiar con el candidato que surja del PLRA. La ruta hacia una unidad opositora está adornada de baches.
En el Partido Colorado, además de la pelea por la candidatura a presidente de la República, se disputará la presidencia de la Asociación Nacional Republicana, cargo que puede ser clave para el cartismo como forma de conservar poder político, vista la mala situación en la que quedó luego de las elecciones municipales.
El cartismo, más allá de sus bravuconadas, sabe lejana la posibilidad que tienen de ganar la interna con un personaje como Santi Peña aspirando a la candidatura presidencial. Con pasado liberal, con una derrota a cuestas y con la imagen de ser un secretario de Cartes, es poco atractivo para el afiliado colorado.
Esto hace que ganar la presidencia de la ANR se convierta en algo vital. Los dirigentes cartistas, ávidos de dinero fresco, le pidieron a Cartes que él sea candidato, algo riesgoso porque una derrota sería catastrófica.
En el equipo abdo-velazquista se espera la decisión de Cartes para anunciar quién lo enfrentará. Si el exmandatario se decide, casi con seguridad se dará una pelea entre exmandatarios, porque Mario Abdo Benítez bajará al ruedo para cobrarse viejas cuentas con el empresario tabacalero.
Aún correrá mucho “líquido” bajo el puente, decía un político colorado. En las elecciones de 2023 estará en juego si nuestro país continúa con la fórmula del reparto político-partidario de cargos institucionales y el consecuente empobrecimiento de la democracia o una propuesta de ruptura que pueda instalarse, con el acompañamiento de la mayoría ciudadana.