Cargando...
“¿La semana pasada yo fui a Contraloría?...no recuerdo, no recuerdo. Hace rato no voy a la Contraloría”, afirmó el senador sobre la imagen donde según fuentes de nuestro diario se lo ve reunido frente a la Contraloría General de la República (CGR) con García la semana pasada.
Lea más: Cuestionada funcionaria, a cargo de dictámenes
El mismo dijo que suele llevar a veces a su esposa, que trabaja en la institución, pero negó que recientemente haya hablado con el contralor sobre su caso. “No necesito yo hablar con él, tenemos los documentos que respaldan y estamos esperando que la justicia nos convoque y aclarar punto por punto la denuncia”, comentó.
Lea más: ¿De dónde sacó la plata?
Precisamente se le consultó sobre el conflicto de interés que implica que su esposa, Analy Rossana Valiente Martínez, directora general de Control de Declaraciones Juradas de Bienes de la CGR sea la que tenga que evaluar su declaración jurada de bienes.
“Yo no hablo con mi esposa de temas laborales. Ella trabaja en la Contraloría y tiene que obrar con objetividad y conforme a derecho. En el caso que tenga que inhibirse seguramente se va a inhibir”, comentó restando importancia al severo conflicto de intereses que implica ser juzgado por su propia esposa.
Se le insistió igualmente sobre el hecho de que, independientemente a que su esposa se aparte de la investigación en su contra, un subordinado de ella tendrá que juzgar su declaración jurada, algo que Amarilla tampoco consideró incorrecto. “¿Por qué tiene que influir? Acaso dentro del Ejecutivo no existen colaboradores cercanos a los que toman las decisiones y eso no impide obrar con objetividad. Acá lo que se pretende instalar es de manera burlesca datos que no se condicen con la realidad”, dijo insistiendo en su “inocencia”.
García, por su parte, cuenta con un juicio político pendiente en el Congreso, por el caso Ivesur, que le habría generado una deuda de 3,6 millones de dólares a la comuna con dicha empresa. Finalmente la Municipalidad de Asunción se "salvó" de pagar dicho monto -y de paso al contralor de terminar condenado-, pero a costo de renovarle una concesión millonaria.
Lea más: Contralor no es apto para seguir, afirma Diputados
El contralor es además acusado de intentar blanquear a políticos influyentes, investigados por presunto enriquecimiento ilícito, entre ellos el caso más connotado es el de Óscar González Daher, donde según la Contraloría había "correspondencia" entre los ingresos del exsenador y su familia, con la fortuna de G. 8 billones que ostenta.
Lea más: Sospechoso blanqueo de Contraloría a varios “peces gordos” investigados
La propia Fiscalía se encargó de demeritar el informe de Contraloría y terminó imputando y pidiendo la prisión de González Daher y su hijo por dicho caso.
Luego de culminar la conversación telefónica, el senador afirmó más tarde a través de mensajes de texto que en el caso de haberse producido algún encuentro, fue casual. “Te sugiero pidas los circuitos cerrados de la Cámara de Senadores y me verás desde muy temprano trabajando ahí de lunes a viernes. Y si alguna vez saludé al contralor en la calle, es porque nada tengo que esconder. Pero precisamente la semana pasada, ni antepasada no estuve por ese lugar”, argumentó.
Sobre la investigación, insistió en que las publicaciones sobre su patrimonio, sobre todo las que refieren a sus vivienda, supuestamente no se condicen con la realidad y la vivienda no llega “ni al 20%” de lo que se denuncia, y dijo ponerse a disposición para proveer las escrituras públicas.
También insistió en que la vivienda que se le cuestiona, sobre todo una que tiene en Ñemby, la compró en 2008, cuando "ni remotamente estaba en mis planes entrar a la política" y que tiene cómo demostrar su fortuna en base al trabajo con su esposa en el sector privado.