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“¿Por qué estaría bien golpear a un niño, niña o adolescente si no está socialmente aceptado golpear a un adulto o a una mujer para resolver los conflictos?”, plantea Unicef en un comunicado mediante el cual pretende llamar a la ciudadanía a reflexionar sobre el maltrato infantil.
Este pedido surge después de que se conociera el caso de una mujer que maltrató físicamente a su hija en Pedro Juan Caballero, hecho que saltó a la luz porque, además, la situación fue filmada.
Un estudio hecho en 2009 en niños en edad escolar reveló que 61% de ellos afirmó haber sufrido algún tipo de violencia por parte de su familia, lo que demuestra que ese tipo de castigo está socialmente aceptado; sin embargo, no contribuye para que el niño realmente aprenda a comportarse sino que verá a su progenitor o a quien lo golpee como una fuente de dolor que evitará ciertos comportamientos "por puro temor".
La violencia, además de que no educa, como quedó claro en el párrafo anterior, puede generar consecuencias graves tanto físicas como psicológicas, como sentimientos de rechazo, abandono, ansiedad o pérdida de la autoestima, entre otros.
“A menudo las personas adultas golpean a sus niños porque no tienen un lenguaje adecuado para hablarles”, parafrasea Unicef a Jorge Barudy, sobre el maltrato infantil.
Para la organización, la sociedad debe encontrar nuevas formas de relacionamiento y disciplina para sus hijos, porque los niños y adolescentes de hoy viven en un mundo repleto de información y son más participativos, cuestionadores y es necesario entender que las formas de disciplina que funcionaron quizás para otras generaciones ya no pueden hacerlo en la actualidad.