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El pasado viernes 4 de febrero se recordó el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer y el Ministerio de Salud aprovechó para recordar la importancia de llevar un estilo de vida activo para prevenir varios tipos de esa enfermedad. De acuerdo a lo que indica la cartera sanitaria, estudios científicos recientes, a nivel mundial, avalan que una persona adulta que practica entre 30 y 60 minutos de actividad física diaria desarrolla una barrera protectora poderosa contra ocho tipos de cáncer en un 30 a 50% de los casos.
Según el reporte científico del Comité Consultivo de las Guías de Actividad Física 2018, los ocho tipos de cáncer que pueden prevenirse con un estilo de vida activo son: el cáncer de mama, de vejiga urinaria, de colon, de endometrio, de esófago, de riñón, de estómago y de pulmón.
Según los datos epidemiológicos, en Paraguay existe una prevalencia de cinco de esos tipos de cáncer: el de mama, colon, pulmón, esófago y estómago.
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Desde niños
La encargada de Promoción de la Actividad Física del Ministerio de Salud, doctora Mirta Ortiz, destacó la importancia de construir y mantener un estilo de vida activo con la realización de ejercicios físicos que pueden ir desde las caminatas hasta los deportes más extremos y la danza, por ejemplo.
La doctora resaltó que esa práctica debe llevarse a cabo desde edades tempranas, para que se pueda crear un hábito saludable natural, pertinente y de disfrute.
Además de tener efectos favorables para la salud física, realizar cualquier tipo de actividad física beneficia a la salud mental. La especialista resaltó que los ejercicios ayudan a mejorar el estado de ánimo, a controlar el estrés, además de mejorar la estabilidad emocional y ayudar a superar situaciones difíciles y cotidianas.
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Ejercicios físicos recomendados para prevenir cáncer
Las nuevas guías de actividad física de la OMS 2020 recomiendan realizar actividad física variada y adaptada a la capacidad física de cada persona, sumando un total semanal de entre 150 y 300 minutos, fraccionados en únicas o numerosas sesiones de tiempo y complejidad de ejercicios.
El tipo de ejercicio físico recomendado es en mayor proporción aeróbico (3 o 4 veces a la semana), con intensidad de 50 a 75% de la frecuencia cardíaca y adicionando dos sesiones semanales de ejercicios de fuerza muscular, flexibilidad y equilibrio.
Entre los ejercicios aeróbicos se encuentra la caminata, el trote, el baile, el ciclismo y la natación y, como ejercicios de fuerza, realizar sentadillas (al cultivar una huerta o trabajar en el jardín), levantamiento de pequeñas pesas, que incluso pueden ser fabricadas con botellitas de 500 ml o 1 litro, cargadas con agua o arena.
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En el caso de personas que no realizan cotidianamente ejercicios, la clave es empezar lentamente, con pocos minutos por sesión (5 a 10 minutos) varias veces al día, o solo dos: por la mañana y la noche.
El uso de gradas o escaleras es otra opción recomendable para ejercitarse y fortalecer los músculos, mejorar la circulación del corazón, pulmones y cerebro, además de favorecer la densidad de los huesos para prevenir fracturas.
Para tener un estilo de vida activo también se recomienda disminuir el tiempo sentado o acostado, excluyendo las 8 horas de sueño recomendadas por día.
En caso de que ya exista un diagnóstico de cáncer y las condiciones médicas lo permitan, la persona afectada debe seguir las recomendaciones del médico tratante para tener una vida activa. Los ejercicios también facilitarán el proceso de recuperación, mejorarán la calidad de vida e incluso aumentarán la sobrevivencia.
Finalmente, la doctora Ortiz resaltó que debido a la situación epidemiológica de COVID-19, las personas pueden optar por alternativas para no dejar de tener una vida saludable, realizando ejercicios en sus patios, veredas, plazas o cualquier espacio que tenga disponible.