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“Ya vendrán tiempos mejores, cuidense todos. Esto NO ES JODA. La única esperanza es que la vacuna rusa ya está pero los facios cabezas cuadradas de este Gobierno Fachio y la vacuna yanqui después que en el 2022 hayan muerto miles de PARAGUAYOS. Tu padre que te abraza (sic)”. Con estas palabras escritas con letra trémula, finaliza la carta que dejó el Dr. Recalde a uno de sus hijos, en un fragmento que fue hecho público hoy por otro de sus descendientres en redes sociales.
El Dr. Recalde era médico oftalmólogo. Falleció por COVID-19 el 10 de setiembre del año pasado, después de haber estado casi un mes internado en el Ineram. Su hijo, el Dr. Gabriel Recalde, relató que tuvo varias complicaciones y finalmente una infección hospitalaria terminó por empeorar aún más su cuadro y conducirlo al desenlace fatal.
A pesar de tener 74 años, seguía realizando consultas oftalmológicas en el interior del país y su familia cree que podría haberse contagiado en uno de sus viajes, pero eso es algo que no pueden confirmar.
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La carta que dejó a su hijo la escribió a finales del mes de agosto, ya estando bastante grave. El Dr. Recalde (Jr) indicó que no puede compartir todo el contenido porque es privado, pero dice que su padre lo escribió estando boca abajo -en una posición de uso habitual con los pacientes con problemas respiratorios graves- y tendido sobre la cama. Por eso, en un fragmento el autor se disculpa por su mala caligrafía.
“Era una persona muy crítica, llamador de las radios, contestatario… hasta su último momento”, manifestó el hijo, para explicar los cuestionamientos que su padre hace al Gobierno en el fragmento de la carta que fue compartida en redes sociales.
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Gabriel Recalde hizo énfasis en que ya a finales de agosto su padre era consciente de que la vacuna contra el nuevo coronavirus llegaría solo después de haber ocasionado miles de muertes, por culpa del “gobierno incompetente”. “Y tenía razón, todos nuestros vecinos con vacuna menos nosotros”, lamentó, durante una conversación con ABC Color.
Finalmente, resaltó que toda su familia se dedica a la medicina y son seis hermanos. “O sea que si nos pasó a nosotros, a todos les puede pasar”, resaltó teniendo en cuenta que pese a los cuidados que todos tenían y a que su propia hija la cuidaba en el Ineram, no pudieron salvar a su papá.
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