“La acción se basaría en las protecciones existentes, que generalmente prohíben a los contratistas y subcontratistas federales discriminar en las decisiones de empleo sobre la base de raza, color, religión, sexo u origen nacional. Esto es coherente con las opiniones del presidente de que todos los estadounidenses, LGBT o no, deben ser tratados con dignidad y respeto”, agregaron.
Las mismas fuentes subrayaron que hoy en día, millones de estadounidenses en la mayoría de los estados del país van a trabajar cada día “sabiendo que podrían perder sus puestos de trabajo simplemente por ser quienes son o por amar a la persona que aman”.
“Ninguna ley federal actual protege adecuadamente a los trabajadores y trabajadoras lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) contra la discriminación laboral. Es por eso que el presidente ha apoyado durante mucho tiempo la legislación federal para prohibir explícitamente a los empleadores que discriminar sobre la base de la orientación sexual o identidad de género”, añadieron.
Sin embargo, el pasado noviembre el Senado aprobó la Ley de No Discriminación en el Empleo (ENDA), con un fuerte apoyo bipartidista, pero la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, no ha sometido a consideración la legislación.
La orden ejecutiva anunciada hoy se une a otra serie de pasos dados de manera unilateral por parte del presidente para tratar de equiparar los derechos laborales.
En marzo, el presidente estadounidense firmó un memorándum para que el Departamento de Trabajo reforme las regulaciones sobre el pago de horas extras y, de este modo, más trabajadores puedan optar a esta retribución por trabajar más del límite de 40 horas semanales estipulado por la ley.
Asimismo, en abril recurrió a un decreto y un memorando para obligar a los contratistas federales a equiparar los suelos de las empleadas que cobran menos que sus equivalentes masculinos y a principios de año subió el salario mínimo para los trabajadores del Gobierno de 7,25 dólares a 10,10.