Netanyahu tendrá ahora 28 días para formar su coalición gubernamental, que incluiría a dos partidos ultraortodoxos y a Sionismo Religioso, una alianza de formaciones de extrema derecha, conocidas por su retórica antiárabe y sus posturas supremacistas judías, ultranacionalistas, xenófobas y homófobas.
“Haremos todo para que, con la ayuda de Dios, sea un gobierno estable y exitoso, un gobierno responsable y dedicado, que trabaje en beneficio de todos los habitantes del país sin excepción”, dijo el exmandatario durante una ceremonia en la residencia presidencial de Jerusalén.
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“Tengo la intención de trabajar juntos para aumentar el espacio de acuerdo. Incluso si hay diferencias de opinión entre partes de la sociedad sobre temas fundamentales, hay temas más que suficientes en torno a los que la gran mayoría puede unirse y ponerse de acuerdo. Somos hermanos, estamos destinados a vivir uno al lado del otro”, agregó sobre el contexto de gran polarización política tras el triunfo de su bloque en los comicios del pasado 1 de noviembre.
En esa misma línea, al hacer entrega del mandato presidencial, Herzog destacó que "los ciudadanos de Israel requieren un gobierno estable y que funcione, un gobierno que sirva a todos los ciudadanos, tanto a los que lo apoyaron y votaron como a los que se opusieron a su establecimiento".
Además, Herzog advirtió de que, si bien el gobierno liderado por Netanyahu no reflejará “todas las cosmovisiones y posiciones de la legislatura”, deberá “liderar un proceso de conexión y unificación entre todos los segmentos de la población y llevar a cabo un proceso de diálogo responsable, cauteloso, abierto y franco con los demás poderes del Estado”.
Netanyahu y las reformas del nuevo gobierno
Esta última referencia se da en un contexto de preocupación entre la oposición, que estará liderada por el actual primer ministro en funciones, Yair Lapid, sobre posibles reformas de la Justicia por parte del nuevo gobierno que amenacen el Estado de derecho.
Estas reformas, consideradas por muchos como un intento por socavar la independencia de los jueces, podrían incluir cambios que ayuden a Netanyahu en el juicio por corrupción vigente en su contra.
La designación hoy del ex primer ministro para formar un ejecutivo llega tras obtener la recomendación de 64 parlamentarios durante las consultas presidenciales de la última semana.
Netanyahu, cuyo partido Likud se impuso en los comicios con 32 escaños, fue recomendado, además de por su formación, por los 14 parlamentarios de la alianza ultraderechista Sionismo Religioso, y por los 11 de Shas y 7 de Judaísmo Unido por la Torá, ambas formaciones ultraortodoxas.
Netanyahu y la distribución de carteras ministeriales
Si bien los partidos ya habían comenzado negociaciones informales desde que se conocieron los resultados electorales -que arrojaron una mayoría clara por primera vez en casi cuatro años- tras la designación presidencial de hoy se iniciará el diálogo formal para la distribución de carteras ministeriales.
En este diálogo se abordarán también posibles condiciones que los partidos puedan exigir como requisito para su inclusión en el Ejecutivo, algo que ya hizo hoy el ultraderechista Itamar Ben Gvir al solicitar que se prohíba la inmigración a Israel a personas que se hayan convertido al judaísmo a través de sinagogas pertenecientes al movimiento reformista, de corte más progresista y con criterios más flexibles.
Ben Gvir, el más extremista entre los nuevos socios de Netanyahu y “número dos” del Sionismo Religioso -acusado más de 50 veces y condenado 8 por disturbios, vandalismo, incitación al racismo y apoyo a una organización terrorista-, ha exigido el Ministerio de Seguridad Pública, que controla la policía, lo que preocupa a los sectores más moderados.
Aunque las negociaciones se llevan a cabo a puerta cerrada, medios hebreos apuntan a que el líder ultraortodoxo de Shas, Aryeh Deri, habría solicitado la cartera de Financias; mientras que Bezalel Smotrich, que encabeza Sionismo Religioso, insiste en ser ministro de Defensa.