La dimisión o renuncia silenciosa (‘quiet quitting’ o QQ, en inglés) es un concepto que todavía no ha sido incorporado a los diccionarios oficiales, pero que forma parte de las tendencias actuales en el mundo de la empresa, explican desde el portal en línea de empleo InfoJobs, del grupo Adevinta.
Lo practican quienes siguen en sus puestos de trabajo de manera presencial, pero que se alejan de todas aquellas responsabilidades y atribuciones con las que podrían ir más allá, cumpliendo aquello para lo que han sido contratadas y haciendo lo mínimo imprescindible para seguir adelante y evitar el despido, añaden.
Se trata de una tendencia que en cierto modo encaja con las nuevas maneras de pensar, hacer y operar que los empleados/as han adquirido después de haber pasado dos años de crisis pandémica y de desencanto global, según esta misma fuente.
Este fenómeno podría relacionarse con dos secuelas que ha dejado los pandemia, en el ámbito del trabajo, según InfoJobs.
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Cambios pospandémicos en el ámbito laboral
Por un lado, algunos empleadores se han acostumbrado a asignar tareas extra a sus empleados/as, como sucedía en tiempos pandémicos (cuando se teletrabajaban muchas más horas de las estipuladas) y tampoco se extrañan si los trabajadores salen del trabajo después de haber terminado su jornada laboral o entran a trabajar antes de que la jornada haya comenzado, explican.
Por otra parte, a muchos empleados/as los tiempos de la pandemia les dieron la oportunidad de ser más reflexivos respecto de su vida y su trabajo, y se han dado cuenta de que el trabajo no es su vida y, por lo tanto, han empezado a dejar de sacrificarse, a desconectar más y a intentar disfrutar con plenitud de su esfera personal, según InfoJobs.
‘Quiet quitting’ o renuncia silenciosa: qué es este fenómeno
La ‘renuncia silenciosa’ es cuando un empleado/a hace su trabajo, pero se niega a abordar tareas que no le competen, a asumir retos que exigen más tiempo y esfuerzo, a formarse en ámbitos o materias que no le interesan o a quedarse 15 minutos más en una videollamada organizada un viernes por la tarde para comentar los objetivos del trimestre, puntualizan.
El ‘quiet quitting’ suelen practicarlo personas que no se sienten especialmente comprometidos con la empresa que los ha contratado, que valoran mucho su salud mental y vida personal y no quieren sacrificarla con tal de ascender en su empresa, o que no están motivados en su puesto de trabajo, según la firma de comunicaciones para empresas Ringover.
Para reducir o evitar esta actitud en sus empleados, las empresas pueden “fomentar una comunicación más abierta; realizar encuestas de satisfacción laboral; ofrecer oportunidades de desarrollo profesional; crear un ambiente positivo de trabajo; fomentar la conciliación entre el trabajo y la vida personal y facilitar la movilidad interna en la compañía, recomiendan.
Poner en marcha planes de desarrollo individualizados; incentivar la participación en proyectos que se alineen con los intereses y habilidades de los empleados; establecer objetivos claros, realistas y comprensibles para los trabajadores; y fomentar la colaboración y el trabajo en equipo son otras medidas empresariales para desactivar el QQ, según Ringover.
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“Al implementar estas estrategias, las empresas pueden conseguir un entorno laboral más atractivo y con mayor bienestar para el trabajador y que se sienta más motivado en sus tareas diarias, convirtiendo el QQ en una excepción en vez de que sea una norma generalizada”, según Patricia Mampel, responsable de marca y contenidos de Ringover en España.
La ‘renuncia silenciosa’ la practican “aquellas personas que siguen en sus puestos de trabajo de manera presencial, pero mentalmente están muy alejadas de aquellas responsabilidades y atribuciones con las que podrían ir un poco más allá” en términos laborales, explica, por su parte, Mónica Pérez, directora de comunicación, estudios y relaciones institucionales (RR.II.) de InfoJobs.
Son empleados que “no dejan de hacer aquello para lo que han sido contratados, pero que dan lo mínimo imprescindible que requiere su puesto y que les sirva para evitar el despido”, puntualiza.
Algunas de las causas más comunes de esta actitud “están ligadas directa o indirectamente al descontento laboral, la falta de sentido de pertenencia, el escaso reconocimiento y recompensa por parte de la compañía o la desalineación del empleado con la cultura organizacional de dicha compañía”, todo lo cual “puede desembocar en una desmotivación”, según Pérez.
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Añade que “también pueden darse casos que se vinculen más a la vida personal del individuo, como cambios en los valores individuales o conflictos personales. Cada situación es única y puede involucrar una combinación de varios factores”.
Recomendaciones para resolver la situación
Consultada sobre qué actitud o comportamiento le convendría adoptar al propio trabajador que se da cuenta de que está incurriendo en el fenómeno ‘quiet quitting’, Pérez considera importante que esa persona “aborde la situación desde varios enfoques”.
“Si un trabajador se encuentra inmerso en este fenómeno, podría empezar por efectuar una autoevaluación honesta, y comunicarlo abiertamente al resto de los compañeros y superiores, pero también estableciendo límites saludables entre su vida personal y profesional, y priorizando el autocuidado”, según Pérez.
“Buscar apoyo emocional fuera del trabajo, reevaluar metas y valores, así como explorar oportunidades de desarrollo dentro de la organización, también pueden ayudarle a recuperar el compromiso y la satisfacción laboral”, puntualiza.
Por su parte, las empresas “no deben olvidar que la mayoría de sus empleados están dispuestos a trabajar intensamente por ellas, en pro del beneficio colectivo, pero que su bienestar es clave para que puedan desarrollar su vida personal con éxito”, señala.
Si una compañía u organización es capaz de “ofrecer tiempo y espacio a las personas que trabajan con ella, además de flexibilidad y comprensión, seguramente conseguirá que la renuncia silenciosa no termine en dimisión y pérdida de talento”, concluye la experta de InfoJobs.