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Los números de la macroeconomía quizás no signifiquen mucho para las familias, pero los testimonios de éstas muestran cómo se vivió en Paraguay la peor crisis mundial en el último siglo, comparable solamente a los coletazos de una guerra, dicen los expertos.
En nuestro país, la deuda pública superará a fin de año el 33,1% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa alrededor de US$ 11.585 millones, según las últimas proyecciones realizadas por el Ministerio de Hacienda. La cifra se disparó en poco más de dos años del Gobierno de Mario Abdo Benítez (ANR), periodo en que los compromisos contraídos con los organismos financieros internacionales y tenedores de bonos aumentaron en alrededor de US$ 3.544 millones.
Endeudarse como única opción
Es que por la emergencia sanitaria, el Gobierno obtuvo solo este año dos préstamos por US$ 1.990 millones (US$ 1.600 millones iniciales más US$ 390 millones) para fortalecer el sistema de salud y mitigar el impacto en la economía. A esto, en lo que resta del año, se suma el nuevo paquete de deudas por US$ 349 millones aprobado como parte del plan de recuperación económica “Ñapu’ã Paraguay”. Según los economistas, este préstamo prácticamente nos deja sin margen para obtener nuevos créditos y hacer frente a eventuales choques externos en el futuro.
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Pero el escenario macroeconómico no está completo si no se menciona además que el ejercicio cerrará con un déficit del 6,1% del PIB, unos US$ 2.135 millones; el más elevado en los últimos tiempos.
Ayuda de emergencia
En el marco del programa social “Ñangareko”, se entregaron ₲ 165.000 millones en subsidios, para 259.663 personas, según se lee en el portal https://www.rindiendocuentas.gov.py. Recursos administrados por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
En cuanto a otros programas administrados por el Ministerio de Desarrollo Social, indica la citada web que se llegó a través de ellos a 165.229 personas. Finalmente, el programa Pytyvõ administrado por Hacienda presenta los siguientes números: Se ejecutaron ₲ 1.914.600 millones para 1.111.749 de beneficiarios, mientras que en el “Pytyvõ 2.0″, se entregaron ₲ 381.197 millones para 762.394 personas (hasta mediados de diciembre).
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En la mayoría de los subsidios, el monto entregado a cada persona fue de G. 500.000 por desembolso, una cifra que sin duda no permite solventar los gastos básicos mensuales de una familia. Aunque para muchos significó una ayuda importante, en momentos en que no se contaba con otros ingresos.
Los comunes se reinventaron
Lo que a nivel de Gobierno fue un gran desafío -como muestran estos números-, lo fue aún más para las familias paraguayas. Ellas también se endeudaron o tuvieron que recurrir a medidas extremas o agudizar el ingenio para reinvertarse y sobrevivir a la pandemia.
La reinvención en medio de la crisis fue la estrategia de muchos. Este es el caso de la licenciada Ángela Paola Acosta, quien se desempeñaba como analista de costos industriales de una prestigiosa empresa y fue una de las afectadas por la pérdida de empleo.
En primer término, Acosta fue alcanzada por la suspensión laboral que el Gobierno potenció durante la crisis para evitar la pérdida de empleos. Sin embargo, tras cumplirse el plazo de retorno, su contrato fue rescindido definitivamente, como le ocurrió a numerosos compatriotas, por lo que la profesional pasó a engrosar el número de desempleados durante la pandemia.
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Ante la dificultad de conseguir empleo en medio de la crisis y la necesidad de cubrir compromisos, la Ángela Acosta se volcó a dar vida a un emprendimiento personal en el rubro textil, aprovechando las facilidades de la tecnología. Se trata de una tienda online a la que denominó “Taleh”, actualmente funciona solo en plataforma virtual “modo covid”, pero con proyecciones de crecimiento para convertirse en una tienda física con confecciones propias. “Independientemente a que vuelva o no a trabajar para una empresa, la idea es que este emprendimiento siga creciendo”, expresa.
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El COVID-19 implacable enemigo del sustento diario
Otro ejemplo de reinvención que sobresale en medio de esta crisis es el del matrimonio compuesto por Amanda e Isaías Vera. Ambos dirigen un emprendimiento de servicio de catering denominado “Tu evento Express” que venía generando un buen movimiento y era el sostén económico de esta joven pareja. Pero desde el decreto de la cuarentena estricta, en marzo de este año, el negocio tuvo que parar, y para hacer frente a la delicada situación, estos jóvenes emprendedores se volcaron a buscar empleo en medio de la difícil crisis sanitaria y económica.
Isaías consiguió un trabajo realizando delivery a empresas de comida rápida y farmacias. A la par ofrecía sus servicios como chofer de la aplicación Uber. Todo marchaba bien, hasta que vino otra complicada prueba para este matrimonio: Isaías y su esposa contrajeron coronavirus.
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A raíz de la exposición que generaba el contacto con los clientes por el servicio de delivery, el joven emprendedor optó por dedicarse exclusivamente a la ocupación como chofer de Uber, que le generó unos ingresos durante este tiempo de cuarentena. Por su parte, Amanda, luego de buscar empleo por un buen tiempo, logró incorporarse a una empresa privada.
Tras el levantamiento de las restricciones, el servicio de catering poco a poco está volviendo a tener movimiento y la pequeña empresa ya está cubriendo algunos eventos, siguiendo todos los protocolos impuestos por el Ministerio de Salud. “Esta experiencia nos enseñó a ser más fuertes y no rendirnos ante la crisis”, resalta Amanda.
El sueño de la proyección, pospuesto
Las familias esperaban un 2020 mejor que el 2019, pero vivieron dificultades que solo lograron sortear con mucho esfuerzo y “malabares” económicos. Algo parecido ocurrió a nivel macroeconómico.
Este 2020 se presentaba inicialmente como el año de la proyección perfecta, de la reactivación tras un desacelerado y duro 2019; sin embargo, con la llegada del COVID-19 a finales del primer trimestre, esta esperanza se diluyó rápidamente. De una estimación de crecimiento económico del 4% proyectado a inicios de año, ahora cerraremos el año con una retracción cercana al 1% (Producto Interno Bruto en -1%). Aunque hay que destacar que esta proyección fue mejorada recientemente por el Gobierno ante señales de reactivación, ya que durante el periodo más crítico de la cuarentena, se hablaba incluso de una caída histórica del 3,5% en el PIB.
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Para el 2021, el Banco Central del Paraguay (BCP) espera un repunte del 4% en la economía, impulsado por la recuperación del sector secundario, principalmente de la industria manufacturera y de la construcción, a la par que un mejor desempeño para el comercio y servicios (segmentos muy golpeados por la pandemia este año).
El desafío de sobreponerse
En nueve meses que llevamos desde el inicio de la cuarentena (ahora con medidas más flexibles), el revés se sintió posiblemente más en lo económico que en lo sanitario. Así, por ejemplo, como efecto de las medidas de aislamiento, cientos de empresas que no se encontraban en el rubro de necesidades básicas tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas y algunas ya definitivamente, pues hay sectores que no logran reponerse. Esto como consecuencia produjo en este tiempo que al menos unas 250.000 personas incrementen la franja de desocupados e inactivos (entre marzo y mayo).
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Según datos de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), al menos el 19% de la fuerza de trabajo o Población Económicamente Activa (PEA) presentó algún tipo de dificultad de acceso laboral (desempleo, subocupación e inactividad circunstancial) al tercer trimestre del presente año, o sea, unas 707.347 personas, comparado al 12,3% que figuraba en el tercer trimestre del año pasado, cuando afectó a 444.743 personas (muchos de ellos cuentapropistas o empleados en informalidad).
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Las terribles suspensiones
En lo que se refiere a los empleos formales, el Ministerio de Trabajo registra que 170.000 trabajadores fueron suspendidos desde el inicio de la cuarentena, por 11.000 empresas que solicitaron la medida temporal. Actualmente, en diciembre, todavía están suspendidos unos 11.000 trabajadores que siguen recibiendo el apoyo estatal a través de un subsidio que otorga el Instituto de Previsión Social (IPS).
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En esta franja se encuentran los trabajadores de frontera, principalmente de ciudades limítrofes con Argentina. Ciudades como Encarnación siguen esperando la reapertura del paso fronterizo, pero es una decisión que depende del gobierno del país vecino. En tanto que los esteños ya reactivaron sus actividades, pero el ingreso de los turistas de compra brasileños es todavía limitado. Por lo que esperan que el 2021 sea un mejor año.
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Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) componen el 80% de la fuerza laboral del país, según datos del Ministerio de Hacienda. Ellas precisamente son las que de alguna manera resistieron y salvaron este duro año pandémico. Para lograrlo, se organizaron y recurrieron a ferias y otras modalidades de venta, de modo a subsistir.
Las mipymes resisten
Precisamente, es así el testimonio de “Don Cata”, como cariñosamente se lo conoce a Catalino Ugarte. Él estuvo a punto de cerrar su panadería, ubicada en el Bañado Norte de Asunción, a nueves meses de la pandemia. Si bien su producto es un alimento básico de la canasta familiar, la crisis hizo que bajara la demanda y que la gente cuidara más sus recursos.
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Comenta que tras participar de una feria en la planta baja de un shopping capitalino, su panadería recibió el pedido de mil pan dulces de parte de una empresa que la contactó en la “Gran Feria de Mipymes”. Este pedido “salvó” a la empresa familiar que estaba al borde del cierre.
Se trata de una mipyme que administra con su familia y es una de las tantas que fueron duramente golpeadas por la pandemia del coronavirus.
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No todo es color de rosas
Conforme a un reporte de la Asociación de Emprendedores del Paraguay (Asepy), hecho junto con la Unión Industrial Paraguaya (UIP) Joven y la firma Nauta, a los tres meses de la implementación de la cuarentena por pandemia se constató que dos de cada diez mipymes iban a cerrar definitivamente debido a la crítica situación financiera que atravesaban.
Se trató del resultado de una encuesta hecha por la citada agencia, la cual tuvo como universo de consultadas a 1.094 empresas, de las cuales más de la mitad de las mipymes que son formales solicitó créditos, principalmente para capital operativo y pago a proveedores, de manera a no interrumpir la cadena de pagos, en el contexto de pandemia.
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Difícil acceso a créditos
De estas solicitudes (cerca de 500), sólo 29% de los créditos fue aprobado, 34% fue rechazado y 37% ni siquiera tuvo respuesta (como las respuestas eran de selección múltiple con posibilidad de más de una elección, la suma de porcentajes no da 100%).
En cuanto al detalle de los pedidos denegados, 35% fue por tener datos desfavorables en Inforconf, 25% por registrar bajas ventas, 25% por sobreendeudamiento, un 11% por falta de documentación exigida; a su vez, un 4% por tener pérdidas en su contabilidad, entre otras causas.
La representante de la Asociación de Industriales Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Asomipymes), Guillermina Coronel, menciona que entre las más afectadas a esa altura del año estaban las firmas del interior y que prácticamente todos los préstamos solicitados a la banca estatal les fueron negados. Lamenta que en un contexto de crisis nunca antes visto, el Gobierno no haya logrado brindar mayor flexibilidad a las firmas, que en su gran mayoría deben superar diversos obstáculos para poder formalizarse.
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De hecho, conforme a datos del Viceministerio del Mipymes del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), divulgado en abril, existe un alto grado de informalidad en nuestro país.
Un cruzamiento de datos de la DGEEC y Hacienda da como resultado que el sector de empresas micro, pequeñas y medianas empresas abarca un universo total de 870.598 compañías, donde el segmento “microempresas” representa al 97%.
La informalidad no ayuda
En tanto que en el universo de empresas formalizadas se registran solo 263.106 compañías que se encuentran registradas ante al Subsecretaría de Tributación (SET) y cuentan con el Registro Único de Contribuyente (RUC). En este universo de empresas formales, solo 47.031 mipymes están registradas en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS); es decir, que cumplen con el aporte obrero patronal al Instituto de Previsión Social (IPS), conforme se constata en la base de datos del MTESS.
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Este informe ha sido útil a fin de tener un diagnóstico de la situación de las mipymes. Conforme al mismo reporte, la formalización es el mayor desafío. Pero la informalidad en este segmento no es responsabilidad exclusiva del sector privado; de hecho, se resalta sobre todo la burocracia en el sector público.
Laura Real, dueña de “Salsa Ayala”, que se dedica a la producción y venta de patés y salsas gourmet, comenta que la alta informalidad existente en el país de cierta forma se explica por el “largo, tedioso y costoso” proceso que implica operar de manera legal. Comentó que las propias instituciones establecen plazos que no cumplen y los trámites que no deberían durar más de 30 días fácilmente triplican el tiempo.
De hecho, los datos del MIC indican que el promedio del costo de abrir una empresa en Paraguay es G. 3.500.000 y que se tarda un lapso de 35 días o más.
Por ejemplo, en el rubro de alimentos, es necesario contar con la fiscalización y aprobación del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), ente que requiere de mayor cantidad de personal para la alta demanda que presenta, añade Laura.
Por otra parte, la microempresaria considera que es necesaria una mayor promoción de los beneficios de la cédula mipymes que otorga el MIC, pues se logran descuentos importantes en las tasas e impuestos, así como asesoramiento técnico y profesional.
Pocas ventas incluso hasta fin de año
A mediados de setiembre, ya con una apertura mayor de las restricciones de la cuarentena inteligente y con indicios de una recuperación de la economía, Asepy realizó una encuesta entre 400 compañías para conocer el estado de las mipymes y el 90% los participantes reveló que el promedio de facturación se mantenía a la mitad de lo que era al inicio del año.
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Esta situación persiste a finales de año. Precisamente, es el caso de Sergio Giménez, organizador profesional de eventos hace 25 años. Comenta que su primer evento desde que se inició la cuarentena en el país, el 10 de marzo, fue recién el 9 de diciembre, lo que se traduce en nueve meses de desempleo. “Bromeamos con los compañeros que parimos un evento, nueve meses después del inicio de la cuarentena fue nuestra primera actividad, que para desarrollarla cumplimos con todo el protocolo sanitario”, relata.
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Lamentan improvisación del Gobierno
Señala que esta situación evidencia la falta de organización del Gobierno de manera que se incluya a los eventos, en tanto que los últimos acontecimientos clandestinos en los que se registra aglomeración de personas son una muestra del cansancio de la ciudadanía. “El humano es un ser social, al parecer olvidaron ese componente y hoy vemos las consecuencias”, opina.
El emprendedor cuenta que los primeros meses de la cuarentena aguardó pacientemente las indicaciones del Gobierno y al iniciar mayo, notó que no había respuesta de las autoridades públicas, por lo que empezó a dedicarse al rubro de gastronomía. “Todas las mañanas voy al Abasto para comprar frutas, verduras y hortalizas para repartir en las casas, también preparo hamburguesas y asaditos gourmet, principalmente los fines de semana”, añade, al contar un breve resumen de su rutina actual mientras se espera la reactivación económica.
Los más golpeados
Precisamente, entre los rubros que sufrieron un impacto fulminante en sus empresas se destaca sin duda el de los de eventos e industrias creativas, pues sus actividades están estrechamente vinculadas a acontecimientos que implican aglomeración de personas. Vale decir, labores restringidas hasta hoy.
Conforme a un estudio hecho por la Federación de Industrias Creativas del Paraguay (FIC), la suspensión de eventos como conciertos, obras de teatro y otros, como medida para combatir al coronavirus, habría afectado a 5.500 trabajadores y ocasionado una pérdida aproximada de G. 30.000 millones, al inicio de la pandemia.
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Sonia Cáceres, representante de empresarios de eventos, lamenta que es el sector más castigado para poder reactivar la economía y que los trabajadores vinculados a estas actividades no tienen mayor consideración de parte de los acreedores, por lo que actualmente hay decoradores y sonidistas que deben realizar otras actividades para poder costear los gastos de la casa y alimentar a sus familias.
Señala que el gremio se unió a otros sectores en busca de soluciones que les permitan “oxigenar” la economía y poder sostener los empleos, tales como los de gastronomía, hotelería, turismo y entrenamiento. Considera que una de las moralejas de la pandemia es que la unión hace la fuerza, y la crisis ha evidenciado la importancia de las mipymes para la economía del país y que el sector fue históricamente rezagado.
Datos: Empresarios de eventos exigen asistencia
Los eventos que no se hicieron
Precisamente, el turismo de reuniones es uno de los que también resintió una importante baja en sus ingresos debido a la cancelación y postergación de importantes encuentros.
Decenas de hoteles, centros de convenciones, medios de transporte, locales gastronómicos, complejos comerciales, entre otros, recibieron con optimismo el 2020 a raíz de la serie de eventos nacionales e internacionales previstos para realizarse a lo largo del año. En varios de ellos, Paraguay sería sede principal por primera vez. Sin embargo, con la pandemia se dio un giro inesperado a la agenda de las reuniones, ferias, exposiciones, conferencias, encuentros deportivos y otros.
No hubo casi tiempo de procesar este golpe, pues las reservas en establecimientos hoteleros y centros de convenciones cayeron inmediatamente. Esto a la par tuvo un efecto “rebote” en otros rubros dependientes del turismo receptivo, especialmente.
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Algunas reuniones se lograron desarrollar en forma virtual, pero el resto -que es mayoría- fue pospuesto o directamente cancelado. En la lista que maneja el Asunción Convention & Visitors Bureau (ACVB), figuran más de 40 eventos nacionales e internacionales afectados por la pandemia.
De esta cifra se desglosa que más de 20 fueron postergados para el 2021 y 2022; cuatro fueron cancelados y el resto quedó en definirse o realizarse virtualmente.
Algunos eventos postergados fueron:
-Artistic Skating World Championships (Mundial de patinaje) -Campeonato Panamericano Senior
-Grand Prix Sudamericano (atletismo)
-Campeonato Sud. de Menores (atletismo)
-Copa Jorge Murdoch (golf)
-Paraguay open (squash)
-FEI Childen Challenge (ecuestre)
-Campeonato Panamericano de Esgrima
-Sudamericano de Fisicoculturismo
-Sudamericano de Tenis- 16 años
-Adventure Racing World Championship
-Asamblea anual de Testigos de Jehová
Sectores que mueve el turismo de reuniones:
-Transporte (aéreo y terrestre)
-Comercios
-Gastronomía
-Artesanía
-Alquiler de salones
-Hotelería
Millones de dólares perdidos
La asamblea anual de Testigos de Jehová aparece entre los eventos que más público y gasto atraería en el 2020. Se previó realizar del 28 al 30 de agosto en el Estadio General Pablo Rojas (”la nueva olla”) con más de 20.000 espectadores, pero finalmente fue celebrada de manera online.
Los organizadores y el sector de eventos de la capital calcularon que esta cita religiosa iba a dejar un ingreso turístico de US$ 3 millones y algo más.
Por otra parte, Paraguay cobraría aún más notoriedad internacional con el Adventure Racing World Championship (Mundial de Carrera de Aventura), que ya tenía a más de 50 equipos inscritos de distintos continentes. Sin embargo y causa del COVID-19, la competencia fue postergada para el 2022.
Gustavo Borgognon, director general de Expedición Guaraní, que tiene a cargo la planificación, dijo que el impacto de este evento por su envergadura se sentirá con mayor fuerza en el interior del país, en las localidades que forman parte del circuito. Estima que cada competidor -en promedio- gastaría US$ 500 durante su estadía, pues la competencia durará dos semanas.
En lo deportivo, se pasaron para otra fecha varios campeonatos locales, sudamericanos y mundiales. Entre ellos resalta el Artistic Skating World Championships (Mundial de patinaje), que iba a desarrollarse en octubre de este año, pero se postergó para el 2021. Este evento contará con la presencia de más de 1.200 patinadores, con 200 oficiales y más de 4.500 aficionados, según datos aportados por el comité olímpico.
Mientras que entre los eventos tradicionales del ámbito local que no se desarrollaron este 2020 se destaca la Expo de Mariano Roque Alonso, que recibe cada año a 600.000 personas en dos semanas de la muestra. Gracias a la expo, normalmente se generan más de 10.000 empleos temporales.
Nula generación de US$ 120 millones
De acuerdo al último Observatorio de Turismo de Reuniones dado a conocer, solo en el 2018 este sector inyectó más de US$ 116 millones al país (gasto turístico) y según el ACVB, esto creció en un 6% en el 2019. En tanto que en este año pandémico se estima la nula generación de más de US$ 120 millones en el sector.
Las cifras del observatorio corresponden a la evaluación del gasto percápita promedio de los asistentes, más los días de estadía y otros parámetros. El informe arroja que en el país se identificaron 530 reuniones, entre congresos y convenciones, ferias y exposiciones, eventos deportivos internacionales durante el 2018, puntualmente.
La batalla contra el hambre
Y mientras los emprendedores resistían, los sectores más vulnerables también sufrían pero en un nivel más crudo. En asentamientos de la capital, se sobrevivió gracias a las ollas populares.
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Solamente en Luque, en cuatro asentamientos se calmó el hambre de más de 1.000 personas todos los días durante los meses de cuarentena estricta. Graciela Prieto, del asentamiento Nuevo Horizonte donde viven 30 familias, cuenta que dieron de comer principalmente a niños y se organizaban para pedir donaciones. Las personas que recibieron algún tipo de subsidio, como el Pytyvó o Ñangareko, se organizaban en el lugar para donar los productos para las ollas populares.
En un año complejo y desafiante, la solidaridad mutua entre los que menos tienen fue la protagonista. Aquellas personas para quienes las grandes cifras en dólares no significan nada cuando a sus hijos les vibra el estómago por el hambre, solo demostraron valentía encontrando mil y un maneras de sobrevivir.
Curiosamente, a ellos solo les llegaban las cifras más chicas, en guaraníes, los billetes que no alcanzan para sostenerse un mes, mientras los numerosos ceros en dólares que se escuchan en los informes oficiales del gobierno, siguen generando dudas en cuanto a malos manejos de los recursos, como la compra de materiales sanitarios de menor calidad y otros extraños procesos por lo que se deben muchas explicaciones a la ciudadanía.
Aunque pasamos a otro año, este escenario incierto no cambiará a corto plazo, por lo que se espera que el gobierno tome realmente cartas en el asunto y organice una correcta distribución de los multimillonarios recursos a los más necesitados. A la vez, es necesario que nuestras autoridades impulsen investigaciones concretas sobre las presuntas irregularidades en la administración de bienes públicos, y que estas deriven en condenas a los culpables de los perjuicios causados al erario público.