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Antes, es necesario mencionar que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo a tiempo parcial cuando la actividad del trabajador asalariado tiene una duración normal inferior a la utilizada por los trabajadores a tiempo completo.
En el mismo sentido, la propuesta normativa presentada el pasado mes de marzo, establece que el contrato de trabajo celebrado a tiempo parcial será cuando se haya acordado una prestación laboral de una duración máxima de 32 horas semanales.
Además, en el proyecto se remarca que el objetivo de la Ley es el de regular el trabajo a tiempo parcial de trabajadores y empleados en relación de dependencia, realizado en forma continua, discontinua, esporádica u ocasional en el ámbito de todas las actividades legales y lucrativas de carácter laboral.
También se contempla la exclusión de determinados trabajadores como los gerentes, jefes, administradores en relación de dependencia y los empleados no sujetos a fiscalización inmediata. Además de los serenos, vigilantes y otros trabajadores que desempeñen funciones discontinuas o que requieran su sola presencia, así como los que cumplan su trabajo fuera de la empresa, como agentes y comisionistas que tengan carácter de empleados y los que realizan labores que por su propia naturaleza no están sometidos a jornadas de trabajo; tales como las labores del servicio doméstico y el trabajo rural dentro de los límites establecidos en el Código del Trabajo.
Las mencionadas consideraciones y otras como el salario que se plantea deben percibir las personas que ingresen al mercado laboral bajo el eventual esquema del empleo a tiempo parcial, además de otros derechos inherentes al trabajador formal como vacaciones, seguro social, licencias, asignaciones familiares y otros, serán abordados en la presente entrega.
De la misma manera se analizará la viabilidad de la propuesta e impacto dentro de la economía, que a priori y de acuerdo a los alcances de la normativa, generaría efectos positivos siempre que se resguarden enteramente los derechos del empleado que se acoja al sistema, teniendo en cuenta que hoy ya existen trabajadores a tiempo parcial, pero prestando sus servicios bajo un esquema de informalidad, tal como revelan los datos de la Encuesta Continua de Empleo, los cuales serán expuestos más adelante.