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A diferencia de otras naciones, Paraguay se ha ratificado en su compromiso de constituir como objetivo prioritario de interés social, la preservación, conservación, recomposición y mejoramiento del ambiente, tal como expresa parte del Art. 7º de la Constitución Nacional del país. En el marco del diseño e implementación de políticas de lucha contra la contaminación ambiental asumidos por el país y refrendados en compromisos, así como en acuerdos internacionales, desde el 2014, el país cuenta con la Ley Nº 5211/2014 “De calidad del aire”. La normativa dispone, entre otras acciones, la aplicación de los controles de emisiones, previos al despacho aduanero a los vehículos usados importados.
En febrero, uno de los temas fue el comportamiento del empleo durante el 2022 que se caracterizó por una coyuntura económica conocida como “estanflación”, es decir, un periodo de alta inflación y bajo crecimiento. Factores como tensiones geopolíticas, el proceso de recuperación desigual en todo el mundo y los problemas de las cadenas de suministros han propiciado el adverso escenario. Este episodio no se registraba desde la década del ‘70, según informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2023.
Debido a las condiciones referidas, las perspectivas mundiales de mercados del trabajo habían sufrido un importante deterioro, traducido en un déficit mundial de empleo de 473 millones de personas o una tasa de incidencia del 12,3%.
En Paraguay, los indicadores del empleo habían sufrido importantes reconfiguraciones desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. Durante dicho año, el mercado laboral comenzó un proceso de recuperación, como revela la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) del cuarto trimestre de 2022, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 3.737.646 personas formaban parte de la fuerza de trabajo y 1.589.208 se encontraban fuera, en el último trimestre del 2022, es decir, entre octubre, noviembre y diciembre.
Dentro de la considerada fuerza de trabajo, llamada anteriormente Población Económicamente Activa (PEA) y que fue modificada en la 19ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo- CIET, se agrupa a la población ocupada y desocupada. Así, en el cuarto trimestre de 2022, 3.525.381 y 212.265 trabajadores, respectivamente, formaban parte de dichos grupos. Dentro de los ocupados, la subempleada por insuficiencia de tiempo de trabajo albergó a 154.974 personas, mientras que la combinación de la subocupación y desocupación reunió a 367.239 hombres y mujeres del país.