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Por ejemplo, la versión que se maneja en los pasillos legislativos es que los cambios en la Corte Suprema de Justicia, a través del juicio político pendiente a tres de sus integrantes, recién se retomarán en el Congreso después de julio. El presidente Horacio Cartes cree que su candidato, Pedro Alliana, arrasará en las elecciones y él podrá negociar desde una posición de fuerza con los ahora disidentes.
Otra versión es que los cambios en el máximo tribunal se podrían concretar en mayo, en un paquete de acuerdos que incluya la aceptación por parte del Ejecutivo del elegido del Senado, Linneo Ynsfrán, como reemplazante del “renunciado” Víctor Núñez. Esto último, sin embargo, resulta difícil de creer teniendo en cuenta la poca disposición y habilidad para acordar que ha mostrado hasta ahora Horacio Cartes.
La expectativa del Mandatario y su entorno es que, en las internas de julio, exista una mayoría aplastante de su equipo. De 90 a 10, como le sugirió a la diputada Perla de Vázquez en el departamento de San Pedro. O, de 80 a 20, como ella le prometió. En última instancia, que sea un triunfo que deje bien en claro quién “manda” ahora en el partido.
La pregunta es cuáles son los planes posteriores de los distintos sectores políticos del oficialismo.
Evidentemente, un triunfo del senador Mario Abdo Benítez, aunque estén dadas ciertas condiciones objetivas para ello, sería una enorme sorpresa y tendría el efecto de una bomba neutrónica entre los colorados.
En cuanto al posible triunfo del diputado Pedro Alliana, está claro que la aceptación, por parte de los diversos sectores que lo respaldan, de un candidato de estas características (un X total), además de ser una imposición del Presidente, es con la suposición de que después de julio –y especialmente después de las elecciones municipales– quedará abierta la disputa para todos los que aspiran a ser candidatos a presidente en 2018. Léase: Zacarías Irún, Afara, Lilian Samaniego, Hugo Velázquez, Gneitting, y algunos otros que se agregarán por el camino.
Sin embargo, un triunfo concluyente del candidato cartista les dará suficiente aire al Presidente y su entorno para instalar con mucha fuerza la idea de la reelección presidencial.
De esta manera, Alliana viene a ser sencillamente una excusa para postergar una decisión más importante en el oficialismo: el futuro del partido.
Los que aceptaron la posibilidad de que el presidente de la ANR sea uno que no tiene ninguna estructura ni proyección política, creen que después de las internas podrán avanzar en sus ambiciones personales.
Es más posible que sea Cartes, que de hecho tiene la sartén por el mango, el que imponga, cuando pase el temblor, sus propias condiciones al partido.
mcaceres@abc.com.py