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Los casos extremos de violencia, muchos de los cuales llegan al asesinato del hijo por parte de uno de los cónyuges, forman parte de nuestra realidad país y mundial. “Existen diferentes niveles de maltrato infantil que están equiparados a situaciones de riesgo por lo que desde el ámbito legislativo, jurídico y profesional hay que tomar las medidas de protección del o la menor destinadas a evitar tales situaciones”, expresa la Lic. Gabriela Casco, subrayando que el Estado debe priorizar a la familia como base de la sociedad. De tal manera, es necesario un equipo multidisciplinario especializado en casos específicos que sufren los niños, compuesto por profesionales psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, fiscales y jueces de la niñez y adolescencia. La profesional también señala: “La ruptura de un matrimonio tiene diferentes efectos sobre cada uno de los integrantes de la familia. En los padres aparecen sentimientos ambiguos y expectativas de todo tipo, desde el terror a la soledad hasta la promesa y aventura de una vida nueva”.
–¿Cómo afecta a los hijos pequeños la ruptura matrimonial?
–Los niños que aún no tienen los recursos emocionales e intelectuales para comprender y sobreponerse a las implicancias de esta experiencia, a veces sienten que fue su culpa y una frustración que los angustia intensamente. A esto sumamos que muchas veces terminan en el medio de un conflicto del cual los padres son los hacedores principales.
–Con la disputa comienza la llamada alienación parental.
–Sí, esa controversia, por ponerle un nombre, se llama así, y consiste en programar al hijo para que odie a uno de sus padres sin justificación alguna. En algunos casos, cuando los padres se divorcian, quien obtiene la tenencia impide al otro ver a sus hijos, es decir el relacionamiento con el padre no conviviente.
–Ese impedimento es una de las peores formas y bases de la violencia.
–Constituye un tipo de maltrato infantil muy dañino para la salud mental y emocional del niño, para su constitución como sujeto, que viola el derecho de niños y niñas de tener una relación adecuada con ambos progenitores.
–¿Qué ocurre emocionalmente en los niños que viven con padres conflictivos?
–Una de las influencias más marcadoras en el desarrollo del ser humano es el clima social y emocional en el que se desarrolla su infancia. Los hijos que crecen en hogares conflictivos donde existen severas dificultades maritales, están sometidos a un mayor grado de estrés y ansiedad. Se sienten poco queridos y deseados, esto sucede cuando sus padres parecen centrarse solo en sus conflictoso ninguno de los dos es capaz de ponerle palabras comprensivas a la rabia y la pelea es el día a día.
–La separación pacífica no es lo más habitual, menos en nuestra cultura.
–Las hay amigables, que a veces hasta estimulan y enriquecen la vida de los chicos que tienen múltiples familias. Si antes, en las familias de origen, las actividades eran escasas o nulas, ahora, gracias a un buen relacionamiento con sus padrastros y madrastras, pueden experimentar y aprender más cosas que si sus padres hubieran seguido juntos.
–Sabiendo que los problemas de pareja son difíciles de superar, ¿qué camino debe buscarse?
–Buscar una solución lo más constructiva posible y acordar no enrolar a sus jóvenes y queridos soldaditos en una guerra de complicaciones, mentiras, espionaje y manipulación. Los hijos sufren igual por su padre o su madre porque están en medio de la contienda; esto no se trata de una cuestión de feministas o machistas, las banderas sobran cuando la única que falta es la de la paz.
lperalta@abc.com.py