“Nepobabies” ganan por goleada a los médicos

El presidente de la Asociación de Médicos del IPS, Elías Rolón, puso el dedo en la llaga al aludir a la irritante desigualdad que existe entre sus colegas mal pagados y los bien retribuidos hijos del poder, la mayoría carente de un título universitario. En verdad, subleva el ánimo saber que los médicos del IPS ganan entre 3.500.000 y 4.500.000 guaraníes mensuales, y los del Ministerio de Salud Pública cobran 5.500.000, con una carga horaria mayor que la de los bautizados como “nepobabies”, que tienen salarios mucho más altos. Como es obvio, los méritos y aptitudes de estos últimos se reducen a tener la parentela adecuada.

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El presidente de la Asociación de Médicos del Instituto de Previsión Social (IPS), Elías Rolón, puso el dedo en la llaga al aludir a la irritante desigualdad que existe entre sus colegas mal pagados y los bien retribuidos hijos del poder, la mayoría carente de un título universitario. En verdad, subleva el ánimo saber que los primeros ganan en el IPS entre 3.500.000 y 4.500.000 guaraníes mensuales, y los médicos del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) cobran 5.500.000, teniendo unos y otros una carga horaria mucho mayor que la de los bautizados como “nepobabies”, entre quienes figuran la coordinadora de Liquidación Permanente de la Cámara de Diputados, Montserrat Alliana (hija del vicepresidente de la República, Pedro Alliana, e hijastra de la diputada Fabiana Souto, ANR, cartista); el “asesor” Elías Godoy (hijo de la diputada Roya Torres, PLRA, afín al cartismo) y el “asistente” Juan Doldán (yerno del diputado Orlando Arévalo, ANR, cartista), que se llevan 18.274.300, 9.500.000 y 9.700.000 guaraníes mensuales, respectivamente, sin haber participado en un concurso público de oposición. Como es obvio, sus méritos y aptitudes se reducen a tener la parentela adecuada.

Está visto que la Secretaría de la Función Pública, una de cuyas atribuciones es proponer criterios para la formulación de la política de remuneración a los funcionarios, es desoída o no se hace sentir en la entidad previsional, en el MSPBS ni en el Congreso. Por lo demás, tanto el Ministerio de Economía y Finanzas, que elabora el proyecto del Presupuesto nacional, y el Poder Legislativo, que lo sanciona, pueden comparar los sueldos de los servidores públicos. Surge así la pregunta de si los parlamentarios nunca notaron que los ingresos de los médicos son muy inferiores a los de sus parientes, amigos y correligionarios instalados en el Palacio Legislativo: si la respuesta fuera negativa, se deduciría que lo aprueban sin mucho estudio; en caso contrario, se diría que no tienen el menor sentido de la equidad ni del buen criterio, pues supone una injusticia y una irracionalidad flagrantes el hecho de que “la tierna podredumbre”, inepta y ociosa, sea mucho mejor remunerada que unos médicos atareados, que, además, suelen trabajar en medio de precariedades en el momento de cumplir con su tarea.

El 14 de agosto de 2023 fue promulgada la ley que dispone “la dignificación salarial” de los médicos del sistema nacional de salud, según el desempeño, la formación y capacitación, la experiencia y la antigüedad, así como su carga horaria de hasta doce horas por día, a ser aplicada gradualmente. Al respecto, el doctor Rolón dijo que ya ha pasado casi un año sin que la normativa sea aplicada, al menos en el IPS, algo que quizá no inquietará demasiado a quienes la sancionaron, probablemente más convencidos de que la caridad debe empezar por casa, a costa de los contribuyentes.

A los representantes del pueblo no les ruboriza que los sueldos del Poder Legislativo superen largamente a los del IPS y los del MSPBS, tanto que la jefa de Cafetería de la Cámara Baja gana casi 13 millones de guaraníes mensuales, la de la Central Telefónica 11.050.000 y la de Impresiones 5.400.000. El Congreso es una especie de autoservicio, en el que se derrocha a manos llenas en favor de los paniaguados de sus miembros con fueros, sin vergüenza alguna. A estos, se sumarán pronto 45 jóvenes profesionales, con un sueldo de 4.500.000 guaraníes, como si la sede ya no estuviera colmada de funcionarios y contratados sin quehaceres.

Que los médicos se las aguanten: he aquí la aberrante mentalidad de quienes se llenan la boca de pueblo, mientras desvían fondos públicos hacia sus familiares, seguidores o compañeros de “ideales”. A su manifiesta insensibilidad ante quienes prestan un servicio esencial para la población se suma su descaro a la hora de satisfacer intereses bastardos, con dinero del vapuleado Juan Pueblo.

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