LOS LECTORES OPINAN

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Metrobús

La propuesta de un tren elevado como solución a la problemática del transporte en Asunción, una abierta campaña por parte de ABC en contra del metrobús, va ganando adeptos paulatinamente. Poco o nada parece importar el éxito con el cual dicho sistema de transporte fue implementado en más de 100 ciudades alrededor del mundo. La realidad latinoamericana así como el alto costo de la implementación de otros sistemas de transporte como los metros o los trenes elevados han hecho que los Autobuses de Tránsito Rápido sean la solución por excelencia en las ciudades de nuestra región.

Excusas como el impacto en las zonas aledañas o cierre de locales comerciales, así como el perjuicio económico ocasionado a los transportistas, no deberían resistir el más mínimo análisis crítico. Es bien sabido que en todo proyecto a gran escala hay cuestiones en las que algunos se verán afectados, razón por la cual existen las compensaciones y otros medios de amortizar el impacto. Tan solo pregúntense: ¿Hubiese sido posible la construcción de la costanera sin la indemnización y reubicación de familias; o Itaipú sin la inundación de vastas extensiones de tierra?

Siempre la evolución hacia una ciudad moderna tendrá sus inevitables costos a corto plazo, pero debería ser nuestra tarea imaginarnos los beneficios a largo plazo de la misma, y es ahí donde nos cuesta ver más allá de nuestras narices.

Gustavo Daniel Berni

Despilfarro versus pobreza

En un programa de la TV Pública se mostró alguna vez cómo viven los parlamentarios de algún país europeo, que deberíamos tomar como ejemplo de austeridad y equidad en la distribución del dinero público. Los conductores del mencionado programa compararon con la situación de nuestro parlamento: senadores (45), diputados (80), número exagerado en un país con apenas 7 millones de habitantes aproximadamente y considerado uno de los países más pobres del mundo. ¡En el parlamento de aquel país citado, los representantes del pueblo ganan salario mínimo y son responsables de los quehaceres cotidianos de sus viviendas!

En nuestro país, a los 125 ciudadanos se les paga más de 30 (treinta) millones de guaraníes a cada uno mensualmente, más secretario o asistente, más chofer, oficina con tecnología de punta y todos los detalles en cuanto a comodidad y confort. A todo esto debe agregarse también el mantenimiento del Palacio Legislativo, alfombras, flores (¡?), mozos, bocaditos y ahora ¡pines de oro! para cada uno de estos 125 zánganos; millones y millones de guaraníes para algo absolutamente innecesario, a tal punto me atrevo a decir, un escupitajo nuevamente en el rostro de la patria. ¿No es todo esto despilfarro? Ahora, un detalle más, la asunción al mando del nuevo presidente, otros cuantos millones y millones de gasto inútil, superfluo y ya “presupuestado”.

Les recuerdo a estos insensibles 125: a) muchos niños cruzan la frontera y se nacionalizan en aquel país, porque allí no solo reciben educación y salud sino una vida digna b) en el Paraguay las escuelas se están derrumbando, algunas no tienen ni la mínima, básica, elemental infraestructura, ni siquiera se las puede llamar escuela, como aquella escuela técnica agroforestal, donde dan clases en el patio, no tienen aulas, ¡algunos asisten a clase parados, no tienen sillas! c) los damnificados por las inundaciones, que siguen “navegando” en su porqueriza, d) ¿ y los recortes millonarios al HC? La lista sigue, pero mboriahu akã árinte ho’a rayo. Ha ápe amohu’ã che rembiapo.

Ricardo Álvarez Osorio

El errático Gonzalo

A veces cuesta leerlo de seguido porque cuesta entenderlo al señor Gonzalo Quintana, salvo que otras veces, sin decir por qué, expresa sin fundamentos su rechazo hacia la política venezolana del bolivarianismo.

Toda falta de exposición argumentativa es fanatismo, y tratar de imponerla es autoritarismo, talante conductual de Quintana que trasunta de este escrito.

Además de la repelencia visceral que le produce la política integracionista continental del gobierno del país del joropo, el “orientador” columnista se permite indicarle “de buenas maneras” al presidente electo (Cartes) que no comparta ni siga el rumbo que señalan Nicanor y Lugo porque ese camino “no quiere el país”. Esta clase de recomendaciones amenazantes tienen un alto contenido de ingenuidad tanto como de bajo alcance y llegada.

No todos pensamos igual, pero Lugo, Nicanor y Horacio están aggiornados con matices y niveles diferentes, desde luego, aunque muy lejos de ese trío está el pilarense que se maneja, lee, piensa y escribe como un señor feudal. Todo un solista. Y ser solista sin ser líder es una extemporaneidad política.

Prosiguiendo con soledades, el Gonzalo no tiene base social ni padrones que le permitan apuntalar su amenaza final… “sino que haremos todo lo posible para evitarlo”, frasecilla que no disfraza del todo el latente y tajante reaccionarismo de este ortodoxo lasseferista sobreviviente.

Entre otras preciosidades de museo, este popular opinador sanciona con fuerza de comisario campaña que los “humores” de las presidentas del Brasil y Argentina son la causa de nuestras desgracias.

Por favor, ya basta de ridiculeces… debería leer de vuelta si es que ya lo hizo alguna vez a don Teodosio González (“Infortunios del Paraguay”) y así se acordará con Sor Juana Inés de la cruz, quien dijo: “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”, analogía gemela con su caso. El “rumbo recto” (artículo que comentamos), además de amenazante, es impreciso y desorientador.

Gustavo A. García

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