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Mientras los “aduaneros magos” no pierden tiempo y siguen acumulando fortuna con secretas fórmulas mágicas, la Contraloría General de la República no terminó de recabar informes ni de la mitad de ellos, a casi un año y medio de haberles iniciado el estudio de correspondencia sobre un grupo de 30 sospechados de enriquecimiento ilícito.
El director de Control de Declaraciones Juradas, Nelson Salinas, confirmó ayer que recién ahora lo están haciendo. “Estamos pidiendo informes sobre los cónyuges de unos 15, aproximadamente”, dijo. El estudio de correspondencia se había iniciado a raíz de un pedido del exdefensor adjunto del Pueblo Édgar Villalba en diciembre del 2015, y estuvo congelado en las oficinas de la CGR. Hasta ahora, no se juntaron todos los datos.
Hemos realizado consultas a algunas instituciones, entre ellas la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), donde la licenciada Raquel Cuevas nos confirmó que el 15 de diciembre se contestaron las consultas de la Contraloría. Sin embargo, no se concluyó ni un solo dictamen. Mientras tanto, los magos de las finanzas aplican diferentes recetas de la fortuna y, con sueldo moderados, se convierten en potentados dueños de grandes propiedades, fábricas, restaurantes, balnearios, tractocamiones, coleccionan lujosos vehículos y viven una vida de reyes, extensiva a toda la familia.
La mayoría de estos afortunados funcionarios están en cargos de confianza, protegidos por el director Nelson Valiente, quien ya dijo que mientras él esté al frente de Aduanas, todos conservarán sus puestos.
La Contraloría General también cuenta con la certificación de calidad de la SGS, y sus auditorías tienen un plazo. Sin embargo, Salinas dijo que su dirección “no se rige” por el protocolo de calidad.
rossana.escobar@abc.com.py