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Este julio se cumplen siete meses desde la aprobación de la polémica ley que aprobó el proyecto de Tren de cercanías del gobierno de Santiago Peña, que sería realizado, según anunciaban, mediante un acuerdo con el apoyo de Corea del Sur.
Pese al paso de todo este tiempo, el propio Gobierno admite que ni siquiera se firmó el documento, adjudicando toda la responsabilidad al cambio político en el país asiático.
Días atrás en ABC TV, el propio titular de Fepasa, Facundo Salinas, explicó que el compromiso de Corea era que a partir de enero o febrero vendrían para realizar los estudios de ingeniería en detalle, pero que la cuestión electoral resultó un problema.
“Ellos tuvieron una elección también, de medio término, donde fueron candidatos muchas autoridades, tuvieron que reestructurarse, el gobierno perdió las elecciones. Muchos eran candidatos”, explicó.
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Vagones del antiguo ferrocarril se pudren en la Estación Botánico
Mientras el Gobierno de Peña sigue varado con su “proyecto estrella”, algo catalogado por la oposición como un segundo metrobús, son casi nulos los avances en la realización de los trabajos para la recuperación del tren en Paraguay y el cuidado del patrimonio histórico del ferrocarril.
Como en muchas de sus antiguas estaciones, también en Asunción las reliquias del ferrocarril se siguen pudriendo a la intemperie en la estación Botánico.
Vagones y locomotoras del histórico transporte son mudos testigos de un capítulo más en la historia de abandono de una de las formas de transporte público de pasajeros y cargas más eficientes que son bloqueadas en detrimento de la ciudadanía y a favor de los intereses de los empresarios del transporte, que brindan un pésimo servicio a la gente.