Hoy, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, retumba en el mundo la letra de lo que ya es un himno de la lucha de las mujeres y del movimiento feminista internacional: «El violador eres tú», performance del colectivo feminista Las Tesis, de Chile. Miles, quizás millones de mujeres repasarán sus historias –mientras otras tantas personas lloran a las asesinadas– de abusos, violación, acosos. Entre ellas, Victoria volverá a pensar si denuncia lo que le pasó.
Las memorias «son el presente porque tienen que ver con el sentido que le damos al pasado en función de un horizonte de futuro, con lo que proyectamos. Porque son la historia que aún debemos seguir escribiendo», nos dice la comunicadora y activista Verónica Villalba, máster en Género y Políticas Públicas, en este balance del pasado #8M.
Probablemente el campo intelectual que hoy presenta más cambios y diversificaciones y se somete a más autocrítica sea el feminismo contemporáneo. Bajo la polisemia del término “feminismo”, que parece difícil aplicar a tal pluralidad de corrientes e interpretaciones, “si algo en común nos mueve a las feministas, es el deseo”, escribe la comunicadora y activista Verónica Villalba, máster en Género y Políticas Públicas.