Conrado Zuluaga, el conocido escritor y estudioso de la obra del novelista Gabriel García Márquez (Aracataca, 6 de marzo de 1927 - México DF, 17 de abril del 2014), estuvo, este mes de mayo, de visita en nuestro país, al llegar al cual empezó por compartir una charla en el Centro Cultural de la República «El Cabildo» para cerrar sus breves pero interesantes actividades impartiendo en la Universidad del Norte una importante conferencia magistral acerca de la vida y la obra del «cronista de Macondo». Hoy, domingo 17 de abril del 2015, día en que se cumplen exactamente un año y un mes de la partida de «Gabo», y en ocasión de este primer aniversario del fallecimiento del Nobel de Literatura colombiano, la siguiente conversación con su eterno e insaciable lector, Conrado Zuluaga, lo recuerda gratamente.
Crónica de una fantasía sobre el Día de las Madres: ojalá y por un solo día, todas las mascotas-hijitos hablaran.
Alfredo Manuel Elizeche Zayas (AMEZ) fue condenado por matar a tres integrantes de una familia, siendo menor. En la cárcel se hizo creyente y se casó. Cumplió su condena hace años y fue asesinado, a sangre fría, días pasados.
Una mascota es un pariente más, es familia. En mi caso es un hijito.
«Yo soy Charlie» («Je suis Charlie») afirman las letras blancas sobre el fondo negro. Es la página web del semanario «Charlie Hebdo». Un mensaje tenaz ante la reciente conmoción creada por el atentado a su redacción en Paris.
Se conocieron en una residencia de estudiantes en 1923, y según cuentan, y es de suponer, la fascinación mutua fue instantánea. Eran jóvenes universitarios de 24 y 18 años, que en Madrid comenzaban a sentir los influjos de la bohemia vida artística e intelectual.
Mirar nuestra política exterior a través de los ojos de Luis María Duarte es un privilegio al que accedemos gracias a un trabajo que dejó él, sin imaginarlo, como herencia y recuerdo.
Él conocía el miedo. Lo había adoptado hacía tiempo ya. Un día, trece años atrás, descubrió que el miedo, a veces se transformaba en una molesta premonición; en un anticipo de la fatalidad.
Un cuento más que me contaron… de esos que dejan los pelos de punta…
La violencia en el seno de la familia genera traumas y recuerdos espeluznantes. No todas las historias acaban con muertos y heridos, aunque todas lastiman con profundidad el alma. Aquí una de esas historias, que escuché de casualidad, y que, hasta hoy, se me quedó grabada.