El santo de Guatambú
Para calmar una extraña inquietud, el joven campesino Inocencio Ayala, nacido en Barrero Grande poco después de los días del Supremo Dictador, talla una imagen en un palo de guatambú y le sale un «santo sin nombre, sin día de función, sin especialidad de milagrero» que será parte de su destino. Y que da su título a la novela de Juan Bautista Rivarola Matto El santo de Guatambú, que acaba de ser reeditada por El Lector.