Ser pobre y ser de la Chacarita son, para un gran sector de la población de Asunción, sinónimos de exclusión social. En Santificar lo profano, la película nacional de Agustín Núñez, Ángela lo vive con el peso de la violencia en todas las esferas de la sociedad: en lo laboral, en el hogar, en la iglesia y en las instituciones. Pero emergen la figura y la actuación de Marcos, joven seminarista, poseedor de una fina sensibilidad, cuya acción personal y cuya línea pastoral a favor de la justicia social no tardan en aparecer y llevarlo a enfrentar de manera frontal la estructura injusta y la hipocresía religiosa, colocándolo ante el dilema de optar, o bien por el camino del sacerdocio, o bien por comprometerse con la comunidad en la lucha por una vida mejor. O, tal vez, tratar de conciliar ambas posturas.
17 de noviembre de 2024