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No pueden estar más lejos de la suave sensación que evocan los paisajes impresionistas de Cezanne. El estilo es casi violento. De hecho, el propio pintor hablaba de estos cuadros como pertenecientes al "período zafio" de su obra.
Los retratos se muestran ahora en el Musée d'Orsay de París, en una exhibición que pretende mostrar "la otra cara" del famoso pintor. Más de 5.700 visitantes diarios acuden actualmente al museo para ver los alrededor de 60 retratos, expuestos desde junio.
La exposición, que estará abierta en París hasta el 24 de septiembre y después se trasladará a Londres y Washington, es la primera en ser dedicada exclusivamente a algunos de los aproximadamente 160 retratos pintados por Cezanne.
Xavier Rey, uno de los curadores del Musée d'Orsay, dice que los retratos muestran los aspectos más personales y profundamente humanos de la obra de Cezanne. Según Rey, estos retratos tienen más cosas en común con las pinturas dramáticas de Chaim Soutine (1893-1943) que con la estética enternecedora de las obras impresionistas de Cezanne.
Muchas de las relaciones personales de Cezanne con personas de su entorno fueron complicadas y tensas, especialmente con los más allegados. En una carta dirigida al pintor Camile Pissarro escribió: "Aquí estoy con mi familia, la gente más malvada del mundo, las personas que componen mi familia me ponen los nervios de punta".
Algunos de los retratos más famosos de la exposición en el Musée d'Orsay son los del tío Dominique, un alguacil, de su padre autoritario, que obligó al joven Cezanne a estudiar derecho, y su esposa Hortense, una de sus primeras y más pintadas modelos. La exposición incluye 29 retratos de Hortense, que muestran a una mujer que, con su mirada ausente y pose anodina, irradia una desconcertante sensación de vacío.
Hortense, más de diez años más joven que Cezanne, vivió una vida a la sombra del pintor. Durante años, Cezanne mantuvo sus relaciones ilícitas con ella en secreto para no perder el apoyo financiero de su padre. No fue hasta 1886, más de 15 años después, cuando se casó con la madre de su hijo. Sin embargo, no fue por amor, sino para dar un estatus legal al hijo de 14 años de edad. Cezanne era tímido en su relación con las mujeres y sufría ataques de pánico por cualquier contacto físico. Era un persona irritable y taciturna. Sus contemporáneos, entre ellos el escritor Emile Zola, con quien Cezanne cultivó amistad durante varios años, y el pintor Achille Emperaire lo describían como un personaje extraño. Sus retratos ocupan un lugar destacado en la exposición.