La obra de arte que se halla en la arquitectura contiene magníficas esculturas, logradas con lujo de detalles en un gran homenaje a la Virgen María. La iglesia fue construida en el siglo XII y concluida en 1439. Esto supone una gran cantidad de talentos humanos que lograron una edificación de estilo gótico. Solo para dar una idea: su fachada se concluyó después de 150 años.
La devoción mariana se percibe en cada obra tallada con maestría por tantas manos que intervinieron en la magnífica obra que es hoy. Los estudiosos de este colosal monumento al amor de Dios informan que cuenta con una piedra arenisca rosada, que según las horas del día y el color del cielo también cambia su apariencia.
Una gran confluencia del pensamiento europeo se desarrolló en la región donde se encuentra: el humanismo, después la reforma protestante y hasta el más actual pensamiento de la unión europea. Con una historia tan rica te podrías pasar horas solo para situarte en su contexto geográfico.
Tratá de ir con una persona que te guíe y te hable de esta hermosa catedral para que puedas apreciarla en algún ámbito de su magnitud. Yo por ejemplo, me dejé sorprender y quedé maravillada también con su reloj astronómico.
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Fue el arquitecto Bernharde Nonnenmacher quien colocó la estructura de piedra de la caja, de 18 metros de altura, cuando corría el año 1547. El arquitecto de la catedral, Hans Uhlberger concluye esta caja, realzada por el artista Tobie Stimmer quien también dibuja los autómatas o tallas animadas.
Intervinieron matemáticos como Conrad Dasypodius y David Wolkenstein y los mecanismos fueron hechos por los hermanos Isaac y Josias Habrechet. En 1838 Jean-Baptiste Schiwilgué añade algunos nuevos personajes que se mueven, dan la hora, según suenan las campanas.
Esperar las 12:30 en esa iglesia, que conserva una temperatura helada congrega a los turistas frente a este reloj, para observar como se mueven los personajes que representan las edades desde el niño, el joven y el adulto. El mecanismo es tan impresionante que podrías invertir horas admirando sus capas doradas, que no se detienen jamás. Una maravilla de la inventiva y la inteligencia humana.
Otro de los atractivos de la catedral son los vitrales que reproducen nada menos que 83 santos y la Virgen María. La luz, símbolo de la divinidad ingresa a través de estos cristales de una manera tan impresionante que es fácil imaginarse la claridad del alma llegando hasta tus ojos como una esperanza de vida.
Hubiera tenido dos torres, pero el arquitecto imperial Ulrich von Ensingen, prefirió que sea una sola; en la cima hay una cruz a 149 metros de altura. Apenas un esbozo de esta obra que enaltece el amor hacia Dios, como un puente para alcanzar el cielo.