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Durante el asedio de Sarajevo por parte de milicias serbio-bosnias, el "túnel de la vida" fue la única vía de comunicación de la población musulmana con el mundo exterior. El túnel discurría por debajo del aeropuerto y a través de él llegaban a la ciudad armas, municiones, medicinas y alimentos. Los soldados y los habitantes entraban y salían por allí.
La entrada al túnel allende el cerco estaba situada en el sótano de una casa privada en el suburbio de Butmir. Hoy hay un pequeño museo en ese lugar.
"Por cuatro cartones de cigarrillos se podía comprar en la ciudad una bicicleta", recuerda Jasmin Hasanovic, quien guía a turistas por la modesta exposición contando anécdotas. Está calvo y viste una camiseta negra. Es un tipo paciente. Tenía 12 años cuando comenzó el bloqueo oficial de la ciudad en mayo de 1992. El túnel permitía hacer buenos negocios, pero antes que nada protegía a Sarajevo de una caída.
Cifras frías ilustran el horror: como promedio, las milicias disparaban cada día 329 granadas contra la ciudad, algún día incluso 3.777. Los francotiradores mataban deliberadamente a civiles. Se identificaron 11.541 muertos, entre ellos unos 1.600 niños. Sarajevo estuvo cercada durante 1.425 días, el sitio más prolongado de una ciudad en el siglo XX.
Una película en el museo da información sobre el horror de aquellos días. El filme muestra a hombres de negocio vestidos de traje y con maletines zigzagueando por las calles para evitar morir tiroteados. La vida diaria en medio de la guerra. Una locura surrealista.
Cuando comenzó el bloqueo, aún no existía el túnel. El aeropuerto, el punto más débil del cerco, era el único corredor que conducía al mundo exterior. Las personas que querían salir de la ciudad o volver a entrar tenían que correr por el aeródromo, de 450 metros de ancho. Se trataba "casi de una disciplina deportiva", señala un panel del museo.
En julio de 1992, tropas de Naciones Unidas se hicieron con el control del aeropuerto. En adelante, los habitantes de la ciudad podían ser abastecidos desde el aire. Sin embargo, el tránsito de civiles y soldados bosnios por el aeródromo seguía estrictamente prohibido.
Cuando los "cascos azules" agarraban a alguien, lo volvían al lugar donde había comenzado a correr. "Por esto, la gente utilizaba un truco", cuenta Hasanovic. "Intencionadamente huían en sentido contrario. Después, los soldados de la ONU los llevaban al lugar adonde querían ir". Un "taxi gratis", dice divertido el hombre de 37 años. Las situaciones de emergencia cuentan con su propia comicidad absurda.
Sin embargo, tales maniobras eran arriesgadas y no garantizaban la capacidad de defensa de Sarajevo a largo plazo. Por esta razón, los bosnios comenzaron a construir el túnel, en medio del secretismo total. El túnel se excavaba desde ambos lados.
Los bosnios trabajaron afanosamente durante cuatro meses y cuatro días, hasta que el túnel fue inaugurado en julio de 1993. Tenía un metro de ancho, 1,60 metros de alto y 800 metros de largo. Actualmente, un tramo de 25 metros está abierto para los turistas.
Durante los primeros meses, solo el Ejército usaba el túnel. Después lo hacían también particulares. Sin embargo, para usarlo se necesitaba un permiso de la Policía en Sarajevo.
El conductor de un camión llevaba a quienes habían huido de la ciudad hacia las montañas, durante la noche y con las luces apagadas. Hasanovic llama a ese hombre "crazy driver", el conductor loco. Actualmente, el vehículo destartalado y oxidado está expuesto en el jardín del museo del túnel.
Las milicias serbobosnias no tardaron mucho en enterarse de la existencia del túnel y ametrallaron la salida. Sin embargo, la vía de escape nunca se cortó. Por el contrario, el túnel fue ampliado. El Ejército bosnio instaló rieles en el pasillo y colocó sobre ellos vagonetas. Además, instaló en el túnel una línea de alta tensión y un conducto de combustible.
Hasanov no tiene nada bueno que decir de los soldados de la ONU. "Los llamábamos United Nothing", en vez de United Nations. Efectivamente, durante mucho tiempo la ONU no sabía qué hacer.
Los ánimos cambiaron después de que decenas de personas murieran durante el asedio en intensos ataques contra el mercado de Markale, en el centro histórico de Sarajevo. La OTAN comenzó a machacar posiciones serbias. En diciembre de 1995 se firmó el acuerdo de paz de Dayton y poco después se levantó el bloqueo a Sarajevo. La ciudad comenzó a ser reconstruida.
Hoy, la historia de la guerra es un pilar del turismo en Sarajevo. Hay exposiciones y visitas guiadas. Sin embargo, la ciudad también tiene mucho que ofrecer por su pasado histórico: el casco viejo otomano con el bazar Bascarsija, templos de todas las religiones del mundo unos junto a otros y elegantes paseos de la época de la monarquía austro-húngara.
Sarajevo da a los visitantes la impresión de ser un lugar acogedor y cosmopolita. Sin embargo, los bosnios sufren un elevado desempleo y una extendida corrupción en la esfera política. "Después de la guerra se hicieron muchas promesas de una vida mejor", dice Hasanovic. "Nada se ha cumplido".
Información básica: Sarajevo
Destino: Sarajevo es la capital de Bosnia-Herzegovina. El Estado está compuesto por la Federación Bosnia y la República Srpska.
Cómo llegar: No hay muchos vuelos directos a Sarajevo. La compañía Austrian Airlines ofrece vuelos de conexión vía Viena.
Alojamiento: La mayoría de los turistas en Sarajevo eligen un hotel en el centro histórico o sus alrededores. Varias grandes cadenas hoteleras internacionales están presentes. También hay hostales de todas las categorías. Los precios de una habitación doble en un buen hotel de cuatro estrellas arrancan desde los 80 euros (95 dólares) por noche, aproximadamente.
Moneda: La moneda oficial de Bosnia-Herzegovina es el marco convertible. Un euro equivale a 1,96 marcos. En Sarajevo puede retirarse la moneda nacional en los cajeros automáticos.
Seguridad: Sarajevo es una ciudad relativamente segura, donde los turistas pueden moverse libremente. Sin embargo, conviene evitar algunas zonas por la noche.
Informaciones: www.sarajevo-tourism.com