Mediante la técnica del videomapping –proyección de video sobre grandes superficies como edificios o monumentos–, se creará la ilusión de que el Cristo, que desde 1931 domina la ciudad desde el cerro del Corcovado, gira y extiende sus enormes brazos hacia los barrios que normalmente quedan a sus espaldas.
También, la famosa estatua trasmitirá un “mensaje de paz” en lenguaje de señas, informó la alcaldía. De todas formas, el momento más esperado de la celebración continúa siendo la quema de fuegos artificiales en la playa de Copacabana, cuyo cielo se iluminará durante 14 minutos a partir de medianoche. Artistas como Gilberto Gil, la cantante de pop y funk carioca Ludmilla y Baby do Brasil animarán la fiesta a orillas del mar, junto a la escuela de samba Beija-Flor, vigente campeona del carnaval más famoso del mundo.
Al presentar las novedades de este año, el alcalde Marcelo Crivella aseguró la semana pasada que será “la mejor fiesta de todos los tiempos” y que abrirá una era en la que el estado de Rio (sureste) debería dar vuelta la página, tras haberse convertido en el paradigma de las crisis económica y de seguridad y de los escándalos de corrupción que asuelan a Brasil. “En 2019 vamos a generar más empleo, mucha más inversión. La política cambió. Ya no estamos en año electoral (...). Es momento de que todos nos unamos por las grandes cosas que están en nuestro horizonte. Y el primer paso para eso es la fiesta de fin de año”, afirmó Crivella.
La fecha coincide con la llegada al poder el 1 de enero del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro y del igualmente polémico gobernador de Rio Wilson Witzel, quien propuso en campaña recurrir a francotiradores para matar a “criminales” que lleven armas largas en las favelas. De acuerdo con una encuesta del Instituto Datafolha, el 65% de los brasileños cree que la economía mejorará en los próximos meses. Otro sondeo, de la consultora Ibope, muestra que el 64% de los brasileños tiene expectativas de que la nueva gestión nacional sea “buena o excelente”.