Corrían los años 20 y Madrid vivía una época de ebullición intelectual. Uno de sus principales catalizadores fue la Residencia de Estudiantes, en la que hicieron amistad tres de los más grandes artistas españoles del siglo XX: Salvador Dalí, Federico García Lorca y Luis Buñuel.
Casi un siglo después, la empresa municipal “Madrid Destino” ha diseñado una ruta dedicada a estos tres creadores y su vinculación a la ciudad, que recorre tanto sus lugares favoritos de la capital, que frecuentaron por motivos artísticos o lúdicos, como aquellos enclaves en los que hoy pueden disfrutarse sus obras.
En los años previos al estallido de la Guerra Civil en 1936, la Residencia vivió un “momento mítico” de efervescencia creativa por la cantidad y la calidad de sus inquilinos, entre los que sobresalieron Dalí, Lorca y Buñuel, que en aquellos primeros momentos de sus trayectorias “se alimentaban el uno del otro”.
La idea de la ruta es “rastrear la huella de estos genios”, que llegaron a Madrid a finales de los años 20, se hicieron “íntimos amigos” y, durante su estancia en la capital se dedicaron a “exprimir” las posibilidades que esta les ofrecía, explica el director de contenidos de turismo de “Madrid Destino”, Carlos Menéndez.
Fundada en 1910, la Residencia de Estudiantes fue el primer centro cultural de España y un ejemplo de creación e intercambio científico y artístico de la Europa de entreguerras. Dalí, Lorca y Buñuel convivieron con otros artistas y poetas de la Generación del 27 en esa institución, un reputado foro de debate al que asistieron como conferenciantes personajes de la talla de Albert Einstein, Marie Curie o Le Corbusier.
Los tres genios españoles fueron permeables, cómo no, a los atractivos más hedonistas de Madrid. Buñuel y Dalí eran asiduos a las sesiones de jazz del Rector's Club, ubicado en el céntrico hotel Palace; y la coctelería Museo Chicote, definida por el cineasta como “la Capilla Sixtina de los martinis”, fue un ineludible punto de reunión para ellos desde su inauguración en 1931.
A la hora de buscar inspiración, un lugar que frecuentaban era el Museo del Prado, que consideraban “fascinante” y al que la Residencia de Estudiantes organizaba excursiones continuamente.
El folleto recoge algunos de los enclaves donde se fraguó el talento de estos artistas. Por ejemplo, Lorca estrenó en el Teatro Español su obra 'Yerma', en 1934, y Dalí se formó durante cuatro años en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de donde fue expulsado en 1926 tras afirmar que ningún profesor estaba en condiciones de examinarlo.
Asimismo, la ruta incluye las casas-museo de José Lázaro Galdiano, muy vinculado a la Generación del 27 gracias a su labor como coleccionista y promotor artístico, y de Joaquín Sorolla.
La Guerra Civil (1936-39) puso fin a la época dorada de la Residencia de Estudiantes y de la relación entre los tres artistas, a los que el conflicto deparó suertes dispares.
Lorca fue asesinado por las tropas del sublevado general Francisco Franco; Buñuel tuvo que exiliarse de España y vivó en México hasta su muerte, mientras que Dalí gozó de una cómoda y longeva convivencia con la dictadura franquista que se instauró tras el fin de la guerra. Su legado cultural sigue muy presente en lugares de Madrid como la plaza de Felipe II, donde está la única escultura al aire libre realizada por Dalí; el museo Reina Sofía, que tiene una amplia colección de cuadros del pintor y exhibe de forma permanente la película de Buñuel 'Un perro andaluz'; o los teatros de la capital, donde habitualmente hay obras de Lorca en cartel.
Tampoco ha cambiado desde entonces el carácter de Madrid como ciudad de acogida del que siempre ha presumido, que durante unos años dorados entrelazó los destinos de estos tres creadores que acabaron haciendo historia en el arte.