Cargando...
Con el título de ‘Sorolla, viajar para pintar. Otra visión de España’, la muestra rinde tributo al pintor en el marco de su centenario y se centra en su afán por la pintura al aire libre, in situ.
El artista realizó más de 200 viajes en sus cuatro décadas de trayectoria, según ha explicado este lunes el director del Museo, Enrique Varela Agüí, que ha comisariado junto a la técnico de la pinacoteca, Acacia Sánchez Domínguez.
Entre estos viajes, Sorolla recorrió 17 ciudades extranjeras y 54 españolas, plasmando así paisajes de distintos puntos del país que se pueden ver en la exposición, desde este 17 de octubre hasta el próximo 31 de marzo, a través de 54 lienzos de mediano y gran formato y una treintena de notas de color de pequeño formato.
Lea más: Sorolla, el artista español más internacional, recupera el puesto que no debió perder
En este sentido, Sánchez ha subrayado que el estilo de vida viajero e independiente de Sorolla, para quien cada viaje suponía un “gran esfuerzo” por la época, sirvió para “promulgar el progreso” a la vez que marcó la “esencia” de su obra.
Museo Sorolla con la personalidad de este embajador de España
Con el objetivo de ayudar a conocer la personalidad del pintor, quien fue un “gran cronista y embajador de la España de entresiglos”, la muestra se divide en cinco secciones precedidas por el óleo sobre lienzo ‘Torre de la Cautiva, Granada’ (1909) del artista.
La obra se expone junto a un óleo sobre cartón de Tomás Murillo Ramos en el que se ve a Sorolla pintando el primer cuadro.
Tras ello arranca la sección ‘Sorolla, pintor plenairista’, que se enfoca en los inicios del pintor en la pintura ‘au plein air’ de la mano de Gonzalo Salvá Simbor en la Escuela de Bellas Artes de la Real Academia San Carlos de Valencia, donde se impregnó de los principios plenairistas de la Escuela francesa de Barbizon.
A partir de ello se puede ver a Sorolla “creciendo y madurando” en este ámbito también con obras en pequeños formato de cuando comenzó a viajar a partir de la beca de estudios en Roma que le otorgó la Diputación de Valencia.
Museo Sorolla con series de paisajes
Su recorrido por Italia y Francia, llegando a la “capital del arte”, París -a donde viajo 19 veces- se reflejan así en la muestra, según ha apuntado Sánchez.
’Mediterráneo, estudio al aire libre’ es la segunda sección de la exhibición y en ella destaca la capacidad del artista de plasmar el movimiento y la instantaneidad, especialmente a través de series de paisajes como la de la ‘Cala de San Vicente’ (1919), de Mallorca.
”Así vemos crecer y jugar a Sorolla”, ha señalado la comisaria sobre este apartado en el que también resaltan paisajes de playas valencianas o acantilados de otros puntos del Mediterráneo como Lloret de Mar (Girona).
Cantábrico, interior y jardines
De la costa mediterránea, la muestra salta al “desafío” que supuso para Sorolla plasmar el Cantábrico y su atmósfera al tener que adaptarse a una nueva “luz” que le “obligó a cambiar su paleta”.
Así se pueden ver obras como las de su icónica serie ‘El rompeolas de San Sebastián’ (1917-1918), de la cual se exponen ocho lienzos reunidos por primera vez en el Museo Sorolla.
En “contrapunto”, tal y como ha detallado Sánchez, la muestra continúa con la sección ‘Paisaje natural/paisaje monumental’, que reúne la producción del pintor sobre el interior “rural, empobrecido, analfabeto y aislado” de la España de entresiglos.
Las panorámicas protagonizan este apartado con imágenes de la abrupta naturaleza de valles de Navarra, Aragón o la Sierra de Guadarrama que dialogan con conjuntos monumentales como los de Ávila, Toledo, Granada o Valencia.
Una visión alternativa de España
Estas obras forman parte de una producción realizada en su mayoría durante sus años más prolíficos, precisamente en la campaña de la serie ‘Visión de España’ (1912-1919) que realizó para la Hispanic Society of America.
Al respecto, el director del Museo Sorolla ha indicado que la actual muestra “compone una visión de España alternativa” a la elaborada para la Hispanic Society, en la que priman los personajes, costumbres y tradiciones de diferentes territorios de la geografía frente al territorio, naturaleza, mar, montaña y efectos atmosféricos que tejen esta nueva exhibición.
La última sección, ‘El jardín, paisaje interior’, ahonda en la faceta de un Sorolla ya “alejado de la monumentalidad” que encontró su refugió en los jardines como espacios más íntimos. Esta pintura se independizó de la obra de Sorolla a partir de una estancia en La Granja de San Ildefonso en 1907 y se amplió en 1908 en el Real Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada, de las que se pueden ver distintas obras junto a otras de los jardines de su propia casa, actual Museo.