“Brasil acaba de ganar uno de los museos más completos y modernos de América Latina”, destacó en un comunicado la administración del Museo de Ipiranga, construido entre 1885 y 1890.
Las obras, iniciadas en 2019 tras un largo proceso de evaluación técnica y licitaciones, buscaban revalorizar y ampliar el deteriorado predio de estilo neoclásico, considerado parte del patrimonio cultural brasileño. La expectativa es que el edificio -llamado oficialmente Museo Paulista de la Universidad de São Paulo- reciba hasta un millón de visitantes al año, según el gobierno de São Paulo.
Entre su acervo se destaca la obra “Independencia Ou Morte”, conocida como “O Grito do Ipiranga”, del pintor brasileño Pedro Américo (1888). Se trata de una representación emblemática de la ruptura entre Brasil y Portugal, que mide 4,15 por 7,60 metros.
Los primeros en visitar el edificio reformado fueron unos 200 alumnos de escuelas públicas, este miércoles, durante el Día de la Independencia y el 127º aniversario de la inauguración. Al caer la tarde, el museo concebido inicialmente como un monumento volvió a brillar.
Los 7.600 m2 de la imponente fachada reciclada se iluminaron en el Parque de la Independencia paulista, y 200 drones formaron en el cielo figuras como la silueta del propio predio, el mapa de Brasil y un bailarín de samba. La fiesta contó además con varias presentaciones musicales.
Al interior del predio, que alberga 450.000 elementos como obras, objetos históricos y documentos, la restauración fue exhaustiva, e incluyó adaptaciones de accesibilidad y prevención de incendios. También se construyó un nuevo edificio de casi 7.000 m2 destinados a un área de recepción y servicios, un auditorio y un gran salón para exposiciones temporales.
El Jardín Francés que se extiende frente al edificio fue igualmente revitalizado, incluida su fuente central y otras dos laterales.
En total, las obras costaron 235 millones de reales (unos 45 millones de dólares al cambio actual) entre fondos públicos, de la universidad y de patrocinadores, y demandaron unos 400 trabajadores. Del acervo, 3.000 elementos fueron restaurados y son expuestos en la reapertura, incluido el famoso símbolo de la Independencia de Brasil. El público podrá volver a disfrutar del museo de forma gratuita por dos meses.