Este proyecto “casi perfecto” nació en octubre de 2018, fruto de la visión de Luis y Yuka Mendo, una pareja que buscaba crear un espacio en el que los artistas pudieran alejarse de su día a día en sus países de origen, explorar nuevos proyectos o redirigir su carrera.
"Cuando eres un artista o creativo, es casi como un tren que nunca se detiene: estás produciendo todo el tiempo. Queríamos ofrecer a la gente la oportunidad de venir a Tokio y tener un lugar para experimentar y encontrar el tiempo y el espacio para trabajar en algo para sí mismos", explica Luis en una entrevista a Efe.
Nacido en Salamanca, Luis pasó la mayor parte de su carrera en Ámsterdam, donde diseñó revistas durante 20 años. Como consecuencia del desgaste profesional y tras la muerte de su padre, decidió tomar unos meses sabáticos en Tokio y tras enamorarse de la ciudad, mudarse allí permanentemente.
Desde entonces, el artista salmantino se ha convertido en un renombrado ilustrador y trabaja para numerosas marcas, revistas y páginas web desde su pequeño estudio tokiota. Es aquí también donde conoció hace cinco años a su mujer, Yuka, consultora experta en moda sostenible, que compagina con la gestión de "Almost Perfect".
"Encontramos la casa por casualidad", explica Luis a la entrada del edificio blanco de tres pisos donde se puede leer "tienda y molino de arroz". En este momento, tres artistas están realizando su residencia allí: la pintora y diseñadora de Detroit Martyna Alexander y los diseñadores suizos Sandra Golay y Alexandre Armand.
Una tienda de arroz centenaria
La ubicación de "Almost Perfect" no es casual, señala Yuka. "Muy pocas residencias artísticas están situadas en el centro de la ciudad, sino en zonas rurales, pero para nosotros es importante no solo estar en Japón, sino en Tokio, donde tienes muchas cosas a tu alrededor".
"Las cortinas están arrugadas, tiene manchas, es una casa antigua, no perfectamente perfecta, pero casi", dice la artista nacida en Chiba, al noreste de Tokio.
Situado en el antiguo "shitamachi", uno de los núcleos históricos de Tokio, el edificio donde se encuentra la residencia fue construido en 1924 como molino y tienda de arroz y por él pasaron tres generaciones de una misma familia que se dedicaba a la venta de este producto, hasta que el interés por el negocio se perdió.
"No querían seguir con el negocio familiar, por lo que nos dijeron que si no nos lo quedábamos, lo iban a convertir en una plaza de aparcamiento", comenta Luis, quien lamenta que posiblemente "solo le están prolongando la vida unos años al edificio".
Martyna, sin embargo, encontró en este espacio una fuente de inspiración renovada y ahora, al final de su estancia, ha logrado producir una docena de obras, la mayor parte de ellas, elaboradas con materiales reciclados, descartados o adquiridos en la zona.
"Estar en este sitio y barrio ha sido muy inspirador. Todo el mundo está conectado, se conocen y se ayudan entre ellos", dice la artista y diseñadora "freelance" que se interesa ahora por utilizar materiales locales y los servicios de aquellos que la rodean.
Un sueño frenado por la pandemia
Tras arrancar el proyecto en 2018, la pareja de artistas vio sus reservas disparadas, sin embargo, la pandemia frenó estos sueños y obligó a mantener el espacio prácticamente cerrado hasta hace unas semanas.
Sandra y Alexandre, la pareja detrás del estudio suizo de diseño 3D "Get It", no lo dudaron y se animaron a venir. "Conocíamos el proyecto desde hace 3 o 4 años y este año decidimos que era lo que nuestro estudio necesitaba en la búsqueda de estilo que estamos haciendo", señala Sandra.
Desde su apertura, unos 40 artistas se han quedado en la residencia, sin embargo, Yuka y Luis tienen mayores planes para “Almost Perfect”. “Nos gustaría tener un edificio más grande con cuatro o cinco habitaciones para ayudar a más artistas”, explica Yuka, a lo que Luis puntualiza corriendo que “no demasiado grande”.