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Los principiantes deben sin embargo permanecer atentos y tomar su primera excursión a la montaña con un poco más de calma, aconseja Stefan Winter, de la Asociación Alpina Alemana (DAV). Estas son sus recomendaciones para planificar un viaje.
1. Ruta: se debe elegir solo lo que ya se puede dominar. Ese es el lema a la hora de elegir la ruta. Sin embargo, para ello se necesita cierta experiencia. Winter recomienda que los principiantes empiecen por las rutas más fáciles y vayan subiendo poco a poco.
Aquí ayuda un sistema de clasificación conocido de las estaciones de esquí: azul para las rutas fáciles, rojo para las moderadamente difíciles, negro para las difíciles. Winter señala que este sistema es habitual en las rutas de senderismo en el sureño estado federado alemán de Baviera, en Austria, Suiza y el Tirol del Sur, en Italia.
“El azul es un camino de montaña fácil, del que no se puede caer. Rojo es uno de mediana dificultad y a veces implica algunos pasajes estrechos con riesgo de caída”, explica. “El negro representa senderos de montaña difíciles con riesgo de caída, que pueden llegar a ser muy empinados. En estos suele necesitarse también utilizar las manos para aferrarse”, aclara el experto.
Su consejo es que quienes practiquen deportes regularmente, no padezcan enfermedades preexistentes y sean menores de 40 años comiencen con excursiones de montaña sencillas.
“Todos los demás deben someterse primero a una revisión médica y luego participar en excursiones guiadas”, recomienda.
En cuanto a la longitud del recorrido, no solo es decisiva la distancia en kilómetros, sino también el número de metros de altitud, sobre todo en la subida. “Subir es la parte más agotadora”, dice Winter.
También forma parte de la planificación leer atentamente la previsión meteorológica y, si es necesario, informarse sobre el estado de los caminos, por ejemplo a través de la asociación turística local.
2. El grupo: a menudo se va en compañía a la montaña. Según Winter, se aplica una vieja regla básica: “El más débil siempre marca el ritmo”.
Es importante tener claro de antemano el motivo del grupo para realizar la excursión. Si hay niños pequeños o personas mayores, señala el experto, probablemente se trate menos de un reto deportivo y más de disfrutar y relajarse. En este caso, considera el experto que probablemente la mejor opción sea realizar una caminata tranquila con juegos en el camino y dedicar un descanso más largo en una cabaña.
3. Equipamiento: Winter destaca que el calzado es lo más importante. “Debe llegar hasta el tobillo y tener suelas resistentes. Es la mejor protección contra el deslizamiento”, sostiene.
Con zapatillas blandas para correr no se podrá conseguir un buen agarre en la montaña. “Tengo menos problemas con que alguien vaya de excursión en jeans, que con que salga corriendo en zapatillas blandas”, asegura.
4. Provisiones: una excursión de montaña dura en promedio de cuatro a seis horas entre el ascenso y el descenso, según estima Winter. Eso va a la sustancia. Para evitar hipoglucemias, se recomienda beber y comer a tiempo, “idealmente siempre antes de tener hambre y sed”.
En concreto, el experto aconseja desayunar bien antes de la salida y comer algo cada dos horas como máximo, ya sea una barrita de muesli, un plátano o un sándwich. Además, hacer una pausa al menos cada hora para beber líquidos.
5. Emergencias: agotamiento, desorientación, caídas. Si se sufre un problema durante la excursión se debe mantener la calma, tomar un descanso y, si es necesario, obtener ayuda de otras personas que se encuentren cerca.
En caso de ser necesario, se recomienda llamar al número de emergencia local. “De esta forma se contacta a un centro de control que informa al servicio de rescate de montaña más cercano”, explica Winter.
Hasta que lleguen los socorristas, se aconseja ponerse ropa de abrigo, colocarse en una posición protegida del viento, si es posible retirarse de las zonas con riesgo de caída, calmarse y comer y beber algo. “Nada de emprender acciones precipitadas sin pensar”, dice.
Para evitar emergencias, lo mejor es que los excursionistas vayan reflexionando de forma regular a medida que avanzan en el sendero. ¿Estamos todos en forma, estamos en el camino correcto, estamos en el horario previsto?
Si hay puntos que generan incomodidad, no se debería ignorarlos, según advierte Winter. Esto también se debe aplicar a los signos de fatiga. El experto subraya que “a menudo es mejor abandonar y volver atrás que seguir un recorrido a la fuerza”.