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Las personas que gustan descubrir y disfrutar de la naturaleza pueden aprovechar este “feriado largo” para llegar hasta el distrito de Paraguarí y conocer el cerro Santo Tomás y hacer turismo interno. El nombre del cerro proviene del apóstol homónimo, patrono de esta capital departamental.
Este municipio está ubicado a 65 kilómetros de Asunción, se puede llegar al cerro mediante el acceso Paraguarí-Villarrica, a través de la posada turística María Selva, que tienen servicio de guía y vehículos para acceder hasta la ladera del cerro.
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Uno de los relatos concernientes al cerro está ligado a una leyenda indígena ya del periodo precolombino, que dice que la cueva fue morada del sabio y profeta Avaré Sumé denominado también Tumé Arandú o Pa’i Sumé.
En el libro Ñande Ypykuera, ”Mitos y Leyendas de los guaraníes de nuestros antepasados”, de Narciso R. Colmán, se habla de Sumé Arandú, considerado por los indígenas como el hombre sabio y espiritual. Esta leyenda de los indígenas enseñó a los españoles lo representativo, espiritual y sagrado que significaba para la población Santo Tomás.
Los españoles utilizaron la doctrina y comenzaron también a venerar a Santo Tomás, y tallaron una imagen y la dejaron dentro de la cueva, pero que repentinamente desaparecía del lugar y la encontraban en el predio de la estancia, donde está asentado actualmente el templo que posteriormente fue erigido en homenaje al santo patrono de la ciudad.
Incluso casi a la entrada a la gruta, en una de las rocas, se encuentran unos trazados por la piedra, que algunos dicen era el lazo de Santo Tomás, otros aseguran que es el mapa que conduce a un túnel en que está dividida la cueva, que llegaba hasta el templo que fue erigido en homenaje al patrono de la comunidad. Parte de dicha cueva con el correr del tiempo se fue cerrando con el desmoronamiento de rocas.
Atractivo de la cueva
Para llegar a la cueva de Santo Tomás se escala unos 200 metros, antes de alcanzar la cima que se llega a través de sendero bien identificable con algunas señalizaciones.
A unos 20 metros antes de llegar a la gruta, hay una gran plancha de piedra con unos grafos muy llamativos hechos como si fuera por antiguos habitantes del neolítico, donde el hombre usaba las pictografías para comunicarse. En el misticismo o en la memoria colectiva oral de la gente dicen que es el dibujo del lazo de Santo Tomás.
Unos pocos metros más arriba está la cueva con unos paredones de piedra. Uno puede adentrarse a ella con una linterna llegando a una profundidad de aproximadamente a unos 15 a 20 metros. Allí solo puede ver mucha tierra y piedra removida por los buscadores de tesoros, aparte de sus paredes de piedra frías y unos murciélagos, actuales habitantes del sitio.
Reserva natural, un misterio y una leyenda
A través de la Ordenanza Municipal Nº 141/2007 “Que declara Reservas Naturales a todos los cerros que forman parte del inigualable paisaje montañoso del distrito” como cerro Hú, el cerro Santo Tomás, el cerro Mbatoví, la Cordillera de Altos en toda la extensión que abarca el territorio del distrito de Paraguarí, el cerro Cristo Redentor, el cerro Peró, el cerro Mba´e, con sus lugares históricos.
Como ocurre con otros cerros de la ciudad, para acceder a la cima necesariamente todo visitante debe pasar por propiedades privadas. Uno de los accesos es por el Hotel Hospedaje Gabriela, el otro por la Compañía Soto y por Cabañas María Selva. Tanto por el Hotel Gabriela y Cabañas María Selva cobran para facilitar el acceso a la cueva, y si se quiere guía turística también.
Este misticismo y su exuberancia natural es un atractivo para que muchas personas provenientes de diversos puntos del país visiten el lugar especialmente los fines de semana y largos feriados.
El lugar antiguamente era muy visitado también en Semana Santa, los días viernes la gente ascendía al cerro. Esta es una tradición similar a la de Yaguarón, que luego el pa’i Gregorio Balsarini, párroco de la comunidad, pidió se suspenda dicha tradición y que los fieles participen de las celebraciones de la pasión y muerte de Jesús en el templo Santo Tomás.