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Cada fin de semana, los tejidos de ñandutí esperan a sus futuros dueños en las vidrieras de los locales que están en la ciudad. Entre los que se pueden mencionar por ser las casas más antiguas y famosas está: Casa Bienvenido, Casa Antonia, Casa Servín, Salón Dora, por ejemplo. Sin embargo, hay muchos otros locales con diferentes opciones, que se puede encontrar recorriendo la ciudad y aprovechando la vista colonial que ofrece esta peculiar localidad.
En cada tienda, los visitantes reciben el trato cordial que caracteriza al paraguayo, pero que se resaltan en los gestos de los comerciantes.
Por ejemplo, en casa Servín, Doña Teresa Servín Moreira, que tiene más de 40 años de experiencia en el rubro y ha llegado a exponer en varios países del exterior los tejidos de ñandutíes, se encarga de atender a sus clientes. La dulzura y el don de gente que la caracterizan hace de la visita en su local un momento más que agradable y placentero.
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Más adelante, se encuentra otra de las famosas tiendas: Casa Bienvenido. Allí, Don Francisco Houdin recibe a sus clientes, y con mucha paciencia hace un recorrido por su negocio, que cuenta con una gran variedad de opciones para que las personas puedan tener un panorama de todo lo que se puede hacer con ñandutí.
Se pueden encontrar desde objetos de decoración, hasta vestimentas, indumentarias para el hogar, y pintorescos objetos que pueden servir como souvenir para los amigos y familiares que siempre esperan un regalo del que visitó las tiendas de ñandutíes de esta ciudad.
La ciudad de Itauguá siempre se caracterizó por ofrecer los mejores decorados, vestimentas y novedosas opciones, no solo a los paraguayos sino a los clientes del exterior, que se muestran interesados por el peculiar tejido de vivos colores que se entrelazan en los bastidores de lienzo. Cada tejedora forma el dechado (dibujo o punto) que más prefiere o que cree conveniente para el tejido que quiere formar.
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Variedad de tejidos
Según comenta la directora de Cultura de la Municipalidad de Itauguá, Jacqueline Villalba Regúnega, quien tiene un gran conocimiento acerca de la cultura del ñandutí, hay más de 390 dechados que por lo general se tejen con hilos finos y hilos de bordar un poco más grueso.
“Hay una cantidad inmensa de dechados. Por citar algunos está el arasá pé, el ojito cuadrado, la randa, el mbokajá poty jovái, avati poty, agua pepuru’a, y mbokaja poty”, explica Regúnega.
La mayoría de dechados están inspirados en la flora y la fauna, en la religión, el uso doméstico, de acuerdo a la imaginación de las tejedoras al momento de iniciar sus trabajos.
Cada tejido es único, y lo realizan en muchas de las ocasiones a través de pedidos muy especiales, y que deben ser trabajados con mucho cuidado para el fin que cumplirán una vez entregados.