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Conocido como LQ-H, el avión realizó con éxito su vuelo inaugural en un aeropuerto de Zhengzhou, en la provincia central china de Henan. La exploración de aeronaves que funcionan con nuevas fuentes de energía menos contaminantes, apuntó la Comac, es uno de los objetivos principales de la industria aeronáutica.
“Es una de las principales direcciones de investigación de la industria de la aviación global para construir un sistema de transporte sostenible con bajas emisiones de carbono utilizando energía de hidrógeno” , dijo Yang Zhigang, diseñador del Instituto de Investigación de Ciencia y Tecnología Aeronáutica de la Comac.
Alimentado por una batería de combustible de hidrógeno, el LQ-H tuvo un buen vuelo con todos los sistemas en buen estado y su sistema de energía ha quedado completamente validado tras la prueba.
Con una envergadura de 6 metros, el LQ-H utiliza una celda de combustible de hidrógeno como su potencia principal y una batería de litio como potencia complementaria.
La energía del hidrógeno se puede adquirir a través de varias fuentes de energía sostenibles, como la energía solar y la energía eólica. Para fabricar este modelo se han utilizado tecnologías como la impresión en 3D y materiales compuestos para reducir el peso del aparato.
La Comac es una de las principales empresas chinas en el sector de la aviación y es también la fabricante del avión medio de pasajeros con el que China quiere revolucionar el mercado aeronáutico, el C919, que efectuó con éxito su vuelo inaugural en mayo del 2017 y acumula ya casi un millar de pedidos.
Es un aparato de fuselaje estrecho, un segmento que supone actualmente más de la mitad de las aeronaves comerciales en activo del planeta. Los modelos equivalentes de sus principales competidores, líderes del mercado, son el estadounidense Boeing 737 y el europeo Airbus A320.