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La supercomputadora pondrá fin a sus operaciones tras casi siete años en funcionamiento a gran escala y será reemplazada en torno a 2021 o 2022 por otro terminal con una capacidad computacional 100 veces superior en el que está trabajando el mencionado instituto estatal y la compañía tecnológica Fujitsu, junto a la que creó "K".
El proyecto contó con una inversión de cerca de 112.000 millones de yenes (900 millones de dólares) y "K" se ha utilizado estos años para el cálculo de datos en campos como el pronóstico del tiempo, el desarrollo de semiconductores o la investigación médica.
La terminal no podrá ser usada por investigadores externos al centro ni empresas privadas después del próximo 16 de agosto y el sistema se apagará a finales del mismo mes, según el comunicado reproducido por los medios locales.
"K" llegó a ser catalogado como el superordenador más rápido del mundo en 2011 en la clasificación bianual TOP500 elaborada por universidades alemanas y estadounidenses, en la que actualmente ocupa el puesto 18, según los últimos datos publicados en noviembre.
El terminal comenzó a operar a gran escala en septiembre de 2012 y actualmente es el tercer superordenador más potente de Japón tras el “ ABCI ” del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Avanzada (en el puesto 7 de la lista TOP500) y el “ Oakforest-PACS ” del Centro conjunto de computación avanzada de alto rendimiento (JCAHPC) dependiente de las Universidades de Tsukuba y Tokio (puesto 14).