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El “ director ” es una PC portátil que con su software transmite a cada uno de los ejecutantes, en forma de mensajes digitales, las indicaciones, la cadencia, las notas, todo lo necesario para acordes de perfección.
El creador del proyecto, también compositor de música de cámara, es un joven italiano llamado Leonardo Barbadoro, más conocido con el nombre artístico de Koolmorf Widesen.
En el conjunto musical que montó, no falta nada, desde el órgano-piano, a instrumentos de viento, e incluso la percusión.
“Música autónoma” es la nombre del proyecto y también del álbum en Internet, donde será posible escuchar la música realizada por estos “músicos” atípicos, robots al fin y al cabo.
“La idea nació después de descubrir la Fundación Logos en Bélgica, especializada en la construcción de robots instrumentales. Se trata de instrumentos acústicos reales que juegan en el espacio real, pero pueden ser controlados con una computadora ” , explicó Barbadoro.
Las comunicaciones tienen lugar a través de mensajes Midi, que son aquellos “con los que se comunican entre sí los instrumentos digitales”, continuó.
Hay en Internet una actuación musical de 10 minutos, pero Barbadoro, en el sitio de crowdfundingkickstarter.com emplazará una colección más amplia paga (activa el 8 de julio) para financiar la salida del primer álbum de la orquesta de robots, con música compuesta por él, y un concierto en enero en Bélgica.
Lo que uno siente escucharlo es una experiencia “multisensorial”, dice el músico. “Durante las ejecuciones musicales, el espectador puede escuchar y ver de donde suenan los acordes, observa a los robots y encuentra la correlación precisa entre el movimiento del instrumento y el sonido percibido”, se entusiasma.
La ejecución musical de los robots, gracias a su extrema precisión, “puede superar la de un músico en muchos frentes tradicionales, y por lo tanto introducir nuevas posibilidades expresivas nunca experimentadas hasta ahora”, sostiene Barbadoro.
Pero los robots están limitados a una mera reproducción artificial. “Es la música lo que impulsa los instrumentos y no al revés. De hecho, es una ejecución que es el resultado de una mente humana, aunque no haya un humano en contacto directo con el instrumento” , advierte Barbadoro. Pero la creación, la inspiración, es siempre humana. Por si hiciera falta aclararlo.