A fines del pasado mes de junio se realizó la última expedición en la Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá de Amazonas. La misma busca comparar los datos obtenidos por la observación directa con los registros de los drones.
Los drones “son una herramienta que va a reducir los costos y los plazos de las investigaciones”, asegura la oceanógrafa Miriam Marmontel, del Instituto Mamirauá.
En esta expedición se experimentó una nueva tecnología, con cámaras térmicas que captan el calor, para trabajar hasta bien entrada la noche. Con esos instrumentos “podemos observar a los animales en momentos en que hasta ahora resultaba imposible”, dice Marcelo Oliveira, conservacionista de WWF-Brasil.
Algunos datos serán analizados en la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, en asociación con WWF-Brasil. Una de las líneas de investigación pretende crear un algoritmo que consiga identificar a cada ejemplar. “Así vamos a mejorar el análisis de datos”, agrega. “Hay muchas amazonías en lo que llamamos selva amazónica.
Con los resultados de este monitoreo, podremos entender cómo preservar a los animales de cada región, cuáles son las amenazas y cómo enfrentarlas” , dice Miriam Marmontel, del Instituto Mamirauá.