Cargando...
Las apps dominan el panorama móvil, acaparando el 89% del consumo de los usuarios en sus smartphones y se espera que esta cifra continúe creciendo.
Si bien estas estadísticas hablan por sí solas, el dilema de Mobile Web vs Mobile App continua vigente en la mente silenciosa de los anunciantes. Para aquellos invirtiendo en publicidad móvil, la decisión no es solo una cuestión de inventario sino una elección entre alcance e interacción. Si el objetivo es alcanzar mayor efectividad, entonces debemos tener en cuenta las características que lo definen.
El ecosistema in-app no es un espacio para captar consumidores únicamente, sino que a través del Mobile Device ID ofrece datos de tracking, segmentación y geolocalización superiores a otros formatos digitales.
Este ID, a diferencia de las cookies que capta la navegación web, se encuentra asociado a la persona y tiene una duración promedio de 21 meses, permitiéndole a las marcas apuntar a audiencias con precisión siguiendo el comportamiento de los usuarios a lo largo del tiempo.
A su vez, la entrega in-app del anuncio resulta resistente a las tecnologías de ad blocking, ya que no existen métodos universales para poder realizarlo como sucede en un navegador web. Esto asegura que los anuncios sean realmente vistos por la audiencia deseada.
Adicionalmente, las apps ofrecen mayor seguridad ya que su funcionalidad y contenido es típicamente más específico y de mayor calidad que los sitios móviles. Esto asegura a los anunciantes que sus anuncios se mostrarán junto a contenido seguro.
Además, el inventario in-app ofrece condiciones de privacidad de acuerdo a las normas GDPR ya que los usuarios, al descargar la aplicación, aceptan los términos y condiciones comprendiendo que podrían ser alcanzados por publicidad. Por último, poseen un menor nivel de fraude ya que resulta más complejo enviar este tipo de tráfico a una app que a un sitio web. Entonces, los anuncios in-app tienen más probabilidad de ser vistos por un usuario real y no por robots.
Debemos recordar también, que la mayoría de las aplicaciones requieren que el usuario comparta su ubicación para brindar un mejor servicio poniendo a disposición datos más precisos que aquellos derivados de una dirección IP. La precisión de estos datos permite a las marcas segmentar de forma precisa a las audiencias, generando un mayor rendimiento y conversión de la campaña.
Finalmente, como las apps son de fácil acceso en los dispositivos móviles, tendrán más visibilidad que una página guardada en favoritos en el browser. Esto genera que el usuario tienda a pasar más tiempo en una aplicación que en un sitio web, garantizando mejores métricas de viewability, interacción y conversión. Esto se ve reforzado por una menor cantidad de anuncios en apps, lo que significa menos competencia por la atención del usuario.
Fuente: Logan