Según la agencia india IANS, Singh, que presidió hoy la tercera reunión del organismo encargado de la limpieza en el Ganges (NGRBA) , afirmó que hacen falta pasos urgentes para salvar este río considerado sagrado por millones de hindúes.
“El tiempo no está de nuestra parte”, afirmó el primer ministro.
La cuenca del Ganges proporciona agua, directa o indirectamente, al 40% de la población de la India, pero las infraestructuras de limpieza son muy precarias: solo tienen una capacidad, dijo Singh, para tratar 1.100 millones de litros de desechos al día.
“El rendimiento de las regiones respecto a la operación y mantenimiento de las plantas ha sido lento”, aseguró el primer ministro, que citó como otros peligros la contaminación industrial y la escasa atención que recibe la conservación del ecosistema.
La reunión tuvo lugar a raíz del impulso de un activista y antiguo profesor de 80 años, G.D. Agarwal, quien recurrió en marzo a la huelga de hambre para protestar por la falta de compromiso del Gobierno con la conservación del Ganges.
La cuenca del Ganges nutre de vida a un tercio de las tierras que forman parte de la India y no solo presta sustento a una de cada doce personas del mundo, sino que es uno de los ejes de peregrinación de los hindúes, que acuden en masa a sus orillas.
Aparte de los residuos biológicos, numerosas industrias peleteras situadas en la ribera vierten desechos de cromo y otros metales al caudal del río, que está sometido a una intensa presión por la construcción masiva de presas en sus afluentes.
“Los vertidos industriales son causa de preocupación porque son tóxicos y no-biodegradabales. La mayoría de los residuos vienen de curtidurías, destilerías, y plantas de papel y azúcar situadas en el Ganges”, dijo el primer ministro indio.