“Final Fantasy” cumple 30 años

TOKIO. Deudas, fracasos comerciales y la sombra de la quiebra fue el cóctel en el que se gestó hace 30 años una de las sagas más longevas de los videojuegos, “Final Fantasy”.

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Era una aventura concebida como despedida de una compañía, Square, a la que su éxito rescató.

El primer título de la franquicia salió al mercado japonés el 18 de diciembre de 1987 en medio de un gran escepticismo. El juego fue obra de Hironobu Sakaguchi, quien apenas tres años antes había fundado junto a Masafumi Miyamoto la compañía Squaresoft.

Prácticamente en la bancarrota, Sakaguchi, quien entonces contaba con apenas 25 años, afrontó con humor el que pensó que sería el último trabajo de su carrera, su “fantasía final”, en la que quiso fusionar la magia de la narrativa cinematográfica con los elementos interactivos que ofrecen los videojuegos.

Contra todo pronóstico, Final Fantasy fue un éxito y sacó del atolladero a Square, que la convirtió en su franquicia estrella. La saga cuenta en la actualidad con más de medio centenar de títulos –sin incluir reediciones y “remakes”–, de los que se han vendido más de 135 millones de unidades en todo el mundo, según datos de la compañía.

Final Fantasy es, además, la cuarta franquicia más longeva de la historia de los videojuegos, sólo por detrás de Super Mario Bros. (1985), The Legend of Zelda (1986) –ambos de Nintendo– y Dragon Quest (1986), de Enix, compañía con la que Squaresoft se fusionaría en 2003 para dar lugar a la actual Square Enix.

La unión, curiosamente, estuvo motivada por el agujero que dejó en las finanzas de Square el fracaso en taquilla de Final Fantasy: The Spirits Within (2001), el primer largometraje de la franquicia.

Pese a que algunos juegos de la saga llegaron hasta Occidente de forma intermitente en un principio, fue una década después del lanzamiento del título original cuando la serie cobró fama internacional gracias a su séptima entrega, Final Fantasy VII.

Hasta entonces, Square solía publicar sus juegos en los sistemas de Nintendo, pero la limitación de espacio en sus cartuchos y el atractivo de los CD de la PlayStation de Sony –que nació de un proyecto fallido entre ambas, la Super NES CD-Rom– le llevó a buscar un cambio de aires que ayudó a su internacionalización.

La fama de la franquicia influyó en la comercialización exterior de otros títulos como Seiken Densetsu (Mystic Quest en Europa), que llegó hasta América bajo el nombre Final Fantasy Adventure con el propósito de obtener mayores ventas aprovechando el filón de FF.

La saga ha evolucionado mucho en tres décadas, pasando de ser uno de los referentes de los juegos de rol (RPG) por turnos a centrarse en la acción en tiempo real, especialmente tras la salida en 2004 de Sakaguchi, para quien la dirección adoptada en los juegos “no es la que habría querido”, confesó a la revista Rolling Stone.

Pese a la opinión del “padre de FF”, compartida por algunos de los aficionados más tradicionales, el director ejecutivo de Square Enix, Yosuke Matsuda, ha asegurado que seguirán “evolucionando la serie en el futuro”, según unas declaraciones publicadas esta semana por la revista especializada nipona Weekly Famitsu.

Además de los títulos numerados, que llegan actualmente hasta el Final Fantasy XV –el que más rápido se vendió en su primer día, con más 5 millones de copias tras más de diez años de desarrollo–, la franquicia Final Fantasy cuenta con secuelas y otros juegos protagonizados por personajes secundarios e incluso sus mascotas.

Los chocobos –unas aves originalmente de color amarillo y que en muchos de los juegos sirven de montura– y los moguris –una criatura similar a un gato con alas de murciélago y un pompón en la cabeza– se han convertido en las insignias de la franquicia y los productos sobre ellos mueven grandes cantidades de dinero al año.

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