“Con los avances de la tecnología creo que el braille puede tener sus días contados, y no es que sea malo”, asegura Jorge Grajales, escritor mexicano que padece debilidad visual, quien es autor, junto con el ilustrador Bernardo Fernández, del cómic “Sensus. El Universo en sus ojos”, dirigido a la población con desventaja visual.
Afectado por queratocono, patología degenerativa de la córnea que causa visión borrosa y dificultad para usar ordenador o ver televisión, entre otros efectos, Grajales es uno de los primeros 50 mexicanos en contar con un dispositivo denominado “MyEye 2.0” .
Este dispositivo, que tiene un peso de 22,5 gramos, se coloca en una de las varillas de los anteojos e incluye un micrófono que se coloca en la oreja para los comandos de voz.
En el mercado mexicano se pueden adquirir varias versiones del programa por un precio que va desde 2.500 a 4.500 dólares. Grajales explicó que el aparato le ha ofrecido una mejora total en su vida, no solo en el aspecto de trabajo en los medios de comunicación, sino también en situaciones tan comunes como el poder leer el menú de una cafetería.
“En el tiempo que lo he utilizado sí he podido notar un cambio, he podido resolver cuestiones de trabajo tanto como cotidianas” , señala el escritor, quien lo utiliza en sus lecturas tanto en inglés como en español.
“El dispositivo es para personas con ceguera total, ya sea adquirida o de nacimiento; todos los tipos de baja visión, hasta dislexia, displasia o cualquier otro problema para leer”, dice Nikol Wolpert, responsable en América Latina de OrCam Technologies.
Detalla que el dispositivo tiene incorporada una cámara de video, una lámpara, una bocina, un micrófono, una batería y un programa que funciona sin conexión a internet, aunque se conecta para recibir las actualizaciones.
Los ciegos y personas con baja visión tienen con el aparato acceso a la lectura de textos, sean libros, diarios o materiales digitales; el reconocimiento facial; la identificación de productos al leer las etiquetas, así como el papel moneda, entre otros.
“Lee cualquier tipo de texto ya sea impreso o digital, periódicos, menú de restaurante; digital como cajeros, pantallas, móviles, computadoras. Reconoce los rostros de personas, identifica productos, billetes, colores, revisa la fecha y la hora”, comenta.
Wolpert destaca la respuesta positiva que ha tenido en el mercado y también la sorpresa que han dejado ver los usuarios, y también el potencial que tienen con el uso de esta tecnología.
“Pueden regresar al trabajo; por ejemplo un abogado que pierde la visión puede leer sus textos. El dispositivo le puede ayudar en su empleo”, expuso, y añadió que puede identificar billetes de varias denominaciones en pesos mexicanos, pesos chilenos, soles peruanos y dólares, con tan solo presentarlo.
Para extender la disponibilidad del sistema además de la compra directa se ofrecen diversos modelos de financiación para facilitar el acceso a un mercado que califica de enorme.