Una suma astronómica que da cuenta del impacto mundial en la cultura popular de las caras sonrientes y los corazones. Todo comenzó en 1990, cuando la operadora móvil japonesa NTT creó una colección de 176 dibujos que se convertirían en el origen de este lenguaje universal en internet, aunque no fue hasta 2008, al lanzar Apple su primer catálogo de estos dibujos, cuando dieron el salto a la conversación mundial.
En total hay 2.823 aprobados por Unicode -el consorcio que regula su uso- y su uso crece cada día. Según un estudio de la consultora Brandwatch sobre Twitter a nivel mundial, los emojis son más usados por mujeres (61%) que por hombres (39%) , y fundamentalmente se usan para expresar emociones positivas -tres cuartas partes de estas pequeñas imágenes son positivos-. En los últimos dos años, los emojis que expresan miedo alcanzaron su máximo histórico en el periodo previo al referéndum inglés sobre la UE, y los que expresaban tristeza alcanzaron su pico en mayo de 2017, tras los ataques terroristas en Manchester, mientras que los iconos de alegría se disparan en Navidad y Año Nuevo.
Aunque la cara llorando de risa y el tradicional corazón rojo son los más usados, según los datos de varias redes sociales, también hay sitio para excentricidades para todos los gusto.
Zombis, granjeros, yoguis o malabaristas, dinosaurios, unicornios, varias versiones del mono, pintarse las uñas, lavarse el pelo o comidas como la paella o un cuenco de ramen -sopa de fideos japonesa-. Recientemente se han añadido medio centenar de símbolos nuevos: entre ellos el pavo real, la llama, un ábaco, la profesión de superhéroe o la doble hélice de ADN, y se espera otra tanda similar antes de que finalice el año.
¿Desplazará este tipo de código al texto en internet? “Todo nuevo código de comunicación ayuda, no resta”, subraya a Efe el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Müller.
Los emojis tienen sentido en las comunicaciones en internet donde el espacio está limitado y estos iconos ayudan a “reforzar el discurso, aportar un toque de humor o a trasladar un sentimiento”.
Su futuro es incierto para otras esferas distintas de internet, como el ámbito empresarial o el periodismo, pero el lenguaje, recuerda, siempre se ha beneficiado de nuevos códigos y maneras de jugar con él: “Lo importante es utilizar este código bien, saber si empobrece o enriquece”.
A lo largo de su historia, los emojis no han estado exentos de controversia y, tras superar las criticas por la falta de variedad racial o de género, la controversia está ahora en las armas. Algunos proveedores (Apple, Google, Samsung o Twitter) han decidido sustituir el arma de fuego por una pistola de agua, en sintonía con el movimiento por el control de las armas en Estados Unidos.
Y es que como todo código, los emojis también admiten matices y variedad de significados. Según datos de un estudio realizado por la web emojipedia -la página referencia del universo emoji- en Twitter, solo el 7% de las utilizaciones del icono de melocotón hace referencia a la fruta. Más de una tercera parte de los usuarios la utiliza para referirse al trasero y un porcentaje similar de los mensajes tiene connotación sexual.
Del mismo modo, el emoji del vegetal más usado es la berenjena, no tanto por sus cualidades alimenticias, como por su uso para referirse al pene, sin usar una sola palabra.